Desafíos críticos para Latinoamérica y el Caribe
291 Dentro del mercado laboral panameño la marginación y la discriminación desplaza a las mujeres in- dígenas a los sectores laborales más infravalorados económicamente, más irregulares y con las peores condiciones laborales, muy específicamente en el trabajo doméstico. Maier Elizabeth (2006) conceptua - liza esta situación como la “etnización de la explotación ” a la que se suma la explotación laboral en base al género, y resulta en acceder a los “peores” trabajos en términos de derechos laborales . Concebida dentro de la discriminación étnica y la visible brecha de los derechos laborales en mujeres indígenas y no indígenas; así como discriminación de género entre mujeres y hombre. Todo ello suma una condición de perfil socialmente aceptable, un estigma discriminatorio donde va marcado la sub-alternidad en un contexto laboral clasista y excluyente en donde el engranaje que opera sea la discriminación. Testimonio de una mujer indígena migrante panameña (mujer guna): “Las mujeres consiguen trabajo por baratas... cobran menos y ella no pelean como otras por los derechos de ellas.”; “la mayoría de las mujeres son tímidas, a pesar de eso consiguen trabajan por baratas, cobran poco y si les dicen que no tienen derecho, ellas no reclaman”. 19 (Sánchez, 2007) AVANCES Y RETOS DE LA MUJER INDÍGENA MIGRANTE PANAMEÑA EN LA SEGURIDAD SOCIAL Datos generales de los pueblos indígenas de Panamá: En Panamá, existen siete pueblos indígenas (Ngobe, Kuna, Embera, Bugle, Wounaan, Teribe y Bri-Bri); La población indígena en Panamá, según el censo de 2000 es de 285,228 y representa el 10% de la población nacional total del país que en el año 2000 es de 2,839,177 habitantes. Existen en Panamá, comarcas indígenas y son: • Comarca Kuna Yala, con 3,206 km2, • Comarca Embera con 4,398 km2, • Comarca Ngóbe Bugle con 6,944 km2, • Comarca de Madundandi con 1,800 km2, • Comarca de Wargandi con 775 km2; para un total de 17,123 km2. Significando el 22.7% del territorio nacional cuya superficie es de 75,517.0km2. Dentro de las comarcas habitan 148,472 indígenas es decir el 52% de su población; el resto, 48% vive fuera de los territorios comarcales. Eso quiere decir que existe un número importante de migrantes indígenas en el país bus- cando mejores oportunidades de vida y de desarrollo económico. Aun cuando esta masa importante de población contribuye en la economía de su país origen estas son las que se encuentran más excluidas de la cobertura básica de protección social, en especial la po- blación indígena femenina migrante. Para el caso concreto la mujer indígena migrante panameña, por estar en el extranjero, corre más riesgo de perder derecho a prestaciones de seguridad social, en el país de acogida cualquiera que fuere éste. Por la condición de “ilegal” al momento de entrar al país y pue- den toparse con condiciones restrictivas de seguridad social por ser ilícita su instancia y existe reserva a la transferibilidad de derechos de seguridad social. Hay regímenes que requieren plazos prolongados para solicitar una residencia; así la mujer indígena migrante panameña le resulta difícil reclamar presta- ciones, de tal modo que busca un empleo temporal o informal quedando desprovisto de toda forma de protección social. En materia internacional ha sido muy poco el avance a la protección de los derechos de seguridad social en materia de migración y aún más en cuestión de migración indígena (femenina), entre los convenios y recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo previniendo la 19 Ibidem
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