Desafíos críticos para Latinoamérica y el Caribe

263 cendientes, indígenas y transgénero son quienes vivencian la mayor vulnerabilidad, tanto en el tipo de trabajo al que acceden, sus condiciones de cuidado y familia, el acceso a la salud y la discriminación y violencia que sufren (2019. p. 37). A raíz de esto, el siguiente trabajo busca, en primera instancia, entregar un completo marco conceptual sobre conceptos claves en el estudio del fenómeno migratorio, como serían, migración, racismo, discri- minación, racialización y sexualización, desde una perspectiva feminista. En segundo lugar, entregar in- formación acerca de la realidad de la migración afrodescendiente en Chile durante los últimos 10 años, enfocándose principalmente en el fenómeno de la feminización de la migración, que se ha desarrollado en el último tiempo. En tercer lugar, se analiza la situación de racismo y discriminación de sufren las mu- jeres afrodescendientes en Chile, en ámbitos como el laboral, la discriminación que sufren en los ser- vicios de salud, principalmente la violencia obstétrica. Como punto fundamental de esta investigación, se abordará también la explotación en distintos ámbitos que viven las mujeres afrodescendientes en Chile. Con el objetivo de poder dar a conocer de forma clara esta situación, se expondrán testimonios de distintas mujeres que han sufrido en carne propia esta realidad. Para finalizar, se realizará un breve análisis del rol de los principales organismos internacionales, como también los acuerdos que se han establecido a nivel regional para la regulación de la migración femenina. Así como también, respecto a la protección de sus Derechos Humanos, haciendo énfasis en el rol de Chile dentro de estos procesos y si se ha respetado lo planteado en dichas instancias internacionales dentro de la política migratoria nacional. MARCO CONCEPTUAL A partir de lo anterior, primero debemos precisar algunos conceptos. La migración la entenderemos como el “movimiento de población hacia el territorio de otro Estado o dentro del mismo que abarca todo movimiento de personas sea cual fuere su tamaño, su composición o sus causas; incluye migra- ción de refugiados, personas desplazadas, personas desarraigadas, migrantes económicos” (OIM, 2006, p. 38). Sin embargo, para el efecto del presente artículo, nos será más útil el concepto de migración internacional, la cual “es el movimiento de personas que dejan su país de origen o en el que tienen residencia habitual, para establecerse temporal o permanentemente en otro país distinto al suyo. Estas personas para ello han debido atravesar una frontera” (OIM, 2006, p. 40). En Chile, durante los últimos años se ha evidenciado un notable aumento de la migración, y con esto un notable aumento en la migración femenina. Si bien, hablando de manera general, la población fe- menina es mayor a la masculina a nivel mundial, cuando se habla de migración esta siempre ha estado dominada por los hombres, que emigran con el objetivo de encontrar un trabajo y así poder enviar dinero a sus familias, pero en la actualidad y como han demostrado las últimas oleadas migratorias, el fenómeno de la “feminización de la migración” es cada vez más notorio, e incluso Castles y Miller (1998) ya lo consideraban como uno de los cinco rasgos distintivos de la “actual era de migraciones”. Pero a diferencia de la migración tradicional y patriarcal, la migración femenina trae consigo muchas más dificultades. De acuerdo con el Observatorio de Género y Equidad, “cuando ser mujer en Chile ya es tener una condición desigual en cuestiones políticas y sociales, ser migrante implica la suma de otras discriminaciones” (Silva, V. 2018 p. 1). La base de lo anterior, está en que “las relaciones de género afectan todas las relaciones sociales, y son por tanto fundamentales en el modo en que se desarrolla el proceso de migración” (Bastia, T. 2008/09, p. 71). Así, el proceso de feminización de la migración ha generado un importante impacto dentro de las fami- lias, reconfigurándolas y dejando de lado la imagen del hombre como único y exclusivo jefe de hogar. Así como también, obliga a los estudios migratorios a introducir este nuevo fenómeno no como un hecho aislado, sino como un hecho crucial dentro de esta nueva era de la migración. Según Martínez (2007) en Reyes (2018),

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