Desafíos críticos para Latinoamérica y el Caribe

249 ha encargado de reivindicar esos sesgos en el pensamiento político del feminismo hegemónico, por medio de la reinterpretación histórica y la descolonización política, generando construcciones teórico conceptuales que efectivamente sean aplicables a sus coyunturas. Por lo que en el caso mejicano se va a evidenciar que con la caída del “feminismo histórico” se ha pretendido descolonizar el pensamiento feminista, adentrándose en interpretaciones propias, que corroboren la permanencia de sus identida- des, (indígena, popular, civil, lésbico) pero al mismo tiempo sean libradas de la explotación de todos los sistemas de poder. De cara a lo anterior en primera instancia se procederá a realizar una breve recopilación historiográfica, dentro de la cual primeramente se expondrá el germen que origino el movimiento, aludiendo a las pri- meras mujeres que se atrevieron a levantar su voz ante las inequidades de género que padecían. Poste- riormente, se traerá a colación como el movimiento con “la nueva ola” se adentró en una determinación, sabían bien que estaban constituyendo un movimiento, y definieron unas banderas reivindicadoras, sin embargo, es observable que tiempo después este cuerpo de acción sufre un fraccionamiento dada una carencia representativa en cuanto a las distintas identidades: el feminismo civil y popular el cual alentó en gran medida, a las mujeres indígenas a constituir su propia vertiente, como símbolo reivindicativo tanto de las mujeres como se sus comunidades. A la luz de la contemporaneidad, nos toparemos con la forma en la cual las mujeres, desde distintas perspectivas identitarias, trabajan conjuntamente, ha- ciéndole frente a distintos problemas aquejantes, sin necesidad de abandonar su esencia. En segunda instancia se realizará un breve análisis desde el decolonialismo y la interseccionalidad. HISTORIOGRAFÍA El germen del movimiento El movimiento feminista comienza a llegar a México a partir de 1896, aunque sin mucha fuerza, es a partir de este momento donde se comienzan a notar las primeras inconformidades por parte de las mujeres mexicanas al percibir brechas de género en derechos como la educación y la remuneración del trabajo. El despertar de algunas mujeres mexicanas, fue en gran parte, gracias a la formación de diarios y revis- tas feministas, las cuales fueron fundadas, debido al gran descontento por la inexistencia de espacios para mujeres dentro de los periódicos, pues para la época nadie escribía para ellas y los pocos que lo hacían, terminaban planteando y exaltando la idea de un instinto de debilidad. Por lo cual nace en 1873 el primer semanario hecho por mujeres, al cual denominaron “hijas del Anáhuac” sin embargo, solo duro un año publicando ya que, pese a la participación femenina, eran los hombres quienes seguían tomando decisiones sobre este. En 1888, nació el periódico “ violetas del Anáhuac ” 1 (considerado el primer periódico feminista de Méxi- co). Este periódico le apostaba al aumento de la inserción femenina en la educación y a las mejoras de este sistema para las mujeres. Y tal como lo expresa Camacho Estefanía en el semanario “ gatopardo ”. Aunque el periódico es considerado una de las primeras publicaciones con ideas feministas, eran por supuesto, ideas que pertenecían a su contexto, explica Carballido. “Las periodistas del siglo XIX, a pesar de demostrar ser inteligentes y creadoras, vivían todavía con la idea de ser compañeras del hombre, así como tener una familia”, escribe en el libro El género es el mensaje. Mujeres periodistas en México. (2019) Una de las publicaciones más recordadas fue una denuncia elaborada por Mateana Murguía, en la 1 Su fundadora fue Laureana Wright, una de las precursoras del feminismo mexicano, quien por medio de sus escritos dejo aportes significativos para la época.

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