Desafíos críticos para Latinoamérica y el Caribe
201 Cooperación México-Chile, el cual, de acuerdo a los lineamientos del ya referido Acuerdo de Asocia- ción Estratégica, es dirigido por las Agencias de Cooperación Internacional para el Desarrollo de cada Estado, siendo la AMEXCID para el caso de México, y la AGCID para el caso de la administración chilena. Este fondo cuenta con la virtud de establecer un presupuesto anual de 2 millones de dólares, el cual es co-financiado en partes iguales por ambos Estados en favor de brindar apoyo económico a las iniciati- vas emanadas de instituciones pertenecientes al sector público de sus gobiernos y cuyo proyecto esté encaminado a fortalecer la cooperación bilateral (AMEXCID, 2016). Así pues, la presente investigación tiene a bien presentar una alternativa de cooperación internacional enfocada a coadyuvar al desarrollo del ámbito educativo y cultural de ambos Estados, teniendo como objetivo acercar a niños y jóvenes a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y con esto, reducir las brechas digitales al interior de cada Estado. Es a través de la cooperación cultural sur-sur que se puede privilegiar el acercamiento para crear con una plataforma virtual que brinde a los niños de ambos Estados la posibilidad de conectarse, intercam- biar experiencias culturales y acercarles las herramientas óptimas que mejoren su manejo de las nue- vas tecnologías de la información y la comunicación, y así, contribuir a reducir la brecha digital en sus Estados. El espíritu de una iniciativa de esta índole es generar desde temprana edad, sin necesidad de salir de sus países lazos internacionales entre los niños y que esto contribuya a que se conciban como ciudadanos del mundo. Dicho proyecto debiera llevarse a cabo considerando la integración de ejercicios tecnológicos de inmersión gradual que, de acuerdo con Jorge Sanabria, "integran la realidad aumentada a través de actividades co-creativas, diseñadas por el instructor, [lo] que promoverá la familiarización con las TIC” (Sanabria Zepeda & Romero, 2018, pág.19), en los cuales los niños pueden interactuar con aplicaciones y juegos que les permitan colaborar con sus compañeros, nacionales y extranjeros, logrando intercam- biar experiencias de cuidado al medio ambiente, valores culturales, el día a día en la vida de un amigo en el extranjero, cómo otros niños de su edad afrontan los problemas comunes en el mundo y qué pueden hacer para mejorar su situación. Algunas actividades que potencializarían el uso de la plataforma son ejercicios prácticos sobre el arte y cultura propia de cada Estado, tales como la elaboración de forma virtual platillos típicos de los países, conocer y jugar a rescatar una especie endémica de un Estado a través de instrucciones y el uso de la tecnología, como si fueran videojuegos, poner al alcance los medios o espacios en los que puedan encontrar la información necesaria para tomar las decisiones que permitan la consecución de dichos objetivos, entre otros. Dicho proyecto de colaboración entre México y Chile podría concebirse a mediano y largo plazo como un modelo para que más iniciativas de este tipo sean desarrolladas al interior de los Estados latinoame- ricanos y del mundo, ya que incluso se podría privilegiar el apoyo de la UNESCO y la UNICEF, organiza- ciones que en su carácter e agencias especializadas del sistema de Naciones Unidas cuentan informes e iniciativas con un alcance a escala global. Así pues, mirar hacia el reforzamiento en prospectiva de la Cooperación Bilateral México-Chile en este momento, podría coadyuvar de forma altamente significativa a la consecución de los siguientes objeti- vos y sus respectivas metas: ODS 4 "Garantizar educación inclusiva y equitativa para todos”, • Meta 4.7: Asegurar que todos los alumnos tengan acceso a educación para el desarrollo sostenible, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de la cultura de paz y no violencia, la ciu- dadanía mundial.
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