Desafíos críticos para Latinoamérica y el Caribe

175 nas obligatorias y ayudar a conectarse con los servicios sociales o para solicitar ayuda con suministros urgentes. Si bien es voluntario descargar esta aplicación, se deja como una de las dos opciones dispo- nibles para ser sometidos al control, debiendo estar sujeto a visitas inesperadas de la policía en caso de que no elijas este método electrónico (Hamilton, 2020). 3.2.10 Rusia Aprovechando que Moscú tiene uno de los sistemas de reconocimiento facial más grandes del mundo, se ha utilizado como herramienta de apoyo en el control de la pandemia y en particular, para verificar si las personas están cumpliendo o no los confinamientos obligatorios de cuarentena (Reevel, 2020). De esta manera, el mecanismo biométrico se ha puesto a disposición de la policía para identificar a aque- llos que ponen en peligro a la comunidad, sin perjuicio de lo criticable que pueda resultar la medida en tomo a la esfera de la privacidad. 3.2.11 SINGAPUR Se implemento “TraceTogether”, una aplicación móvil que facilita el rastreo de casos (Deloitte Belgium, 2020). Funciona intercambiando señales de Bluetooth de corta distancia con otros usuarios de la aplica- ción, lo que brinda a los funcionarios una base de datos para rastrear posibles portadores de COVID-19. Es una app voluntaria, no usa geolocalización y es anónima (Pierson, 2020). Para efectos de su uso, Singapur estaba creando un protocolo de preservación de privacidad a propósito del intercambio de datos que se lleva a cabo (OCDE, 2020a). 3.2.12 TAIWÀN El gobierno cruzó la base de datos nacional de atención de la salud con las aduanas y registros de via- jes. Así rastrean a los ciudadanos para verificar si cumplen sus cuarentenas obligatorias a través de los celulares móviles (Deloitte Belgium, 2020). A su vez, se ha implementado el uso de “vallas electrónicas” que permiten alertar a la policía si se ha abandonado el domicilio de cuarentena rastreando la ubicación de los teléfonos móviles. La policía tarda 15 minutos en llegar tras la alerta. Hay testimonios de personas pasando por cuarentenas obliga- torias que han recibido visitas policiales por haber desconectado su celular al acabarse la batería (Asher, 2020). Como vemos, en gran parte del mundo, se puede observar la creciente presencia de la aplicación de la biometria con motivo de la pandemia y en la mayoría de los casos estas medidas tuvieron un alto nivel de adopción. Los movimientos de resistencia, si los hubo, fueron encuadrados por los medios y la ciudadanía en general como infantiles, conspirativos, y otros calificativos (BBC News Mundo, 2020). Esto es un claro síntoma de una efectiva securitización. El reconocimiento facial ya se cuenta como una de las herramientas de registro biométrico más usadas en 67 países, de los cuales 31 son parte de la BRI (Feldstein, 2019). Su uso se destaca combinándolo con imágenes térmicas para ver si las personas presentan fiebre y así identificar posibles casos de COVID-19 (OCDE, 2020c). Este método es preferido al escáner de iris o huellas dactilares pues no implica contacto físico, reduciendo así los riesgos de in- termediarios y, por lo tanto, la ciudadanía se encuentra menos consciente de su presencia, a diferencia del personal militar. 3.3 DIFERENCIAS SOCIALES EN LA RECEPCIÓN DE LOS CONTROLES BIOMÉTRICOS Como se puede ver en los ejemplos anteriores, las tecnologías de vigilancia digital presentan un pano- rama dicotómico en cuanto a su uso por países para combatir los efectos de la pandemia por COVID-19. El alcance de las tecnologías de vigilancia digital (asumiendo la biométrica dentro de ellas) es global. La pandemia de Covid-19 puede desatar una epidemia de países solicitando certificados de buena sa-

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=