Desafíos críticos para Latinoamérica y el Caribe
124 CONCLUSIÓN A partir de la información presentada, se puede inferir que el concepto de Latinoamérica fue en pri- mera instancia, promovido por el imperio francés para crear antagonismos entre los nuevos estados latinoamericanos con sus rivales europeos (España e Inglaterra). Esto le permitió a Francia expandirse en Europa, y consolidar su posición colonial en la región. En este sentido, el objetivo principal de crear una identidad latinoamericana fue la de organizar una fuerza militar que se opusiera con éxito al avance de España y de Inglaterra en la región. Esto nos permite concluir que el concepto de Latinoamérica se construyó tanto por la identificación de rasgos comunes como por la resistencia a las fuerzas extranje- ras. Sin embargo, en la actualidad el término Latinoamérica toma una definición étnico-geográfica y se utiliza mayoritariamente para describir a la cultura de los estados de México hasta Chile. Sobre la identidad latinoamericana, es posible concluir que esta se construye desde el periodo colonial hasta la actualidad. De este modo, cada periodo histórico ha dejado huellas culturales que forman parte de la identidad Latinoamérica actual. Entre estos rasgos culturales destacan los siguientes: La herencia colonial, la ilustración, el indigenismo, el socialismo y la globalización. Todos estos factores, han creado una identidad latinoamericana compleja, que sigue adaptándose a las nuevas corrientes culturales. Sin embargo, se dice que el capitalismo global destruye a otras culturas y homogeniza al mundo con una cultura cosmopolita, donde el consumo toma un rol crucial (Cooper, 2001). Este efecto se acentúa por la poca incapacidad para escuchar las voces del pasado y comprender las tradiciones de las culturas autóctonas. Por ende, olvidar la historia dificulta entender quiénes somos y de dónde venimos. No obstante, al reflexionar en torno a nuestro pasado, nuestra identidad y cultura, podemos analizarnos a nosotros mismos y nos obliga a ser más críticos sobre los efectos adversos de las nuevas corrientes culturales. De esta forma, es importante destacar que solo desarrollando la capacidad para entender- nos es que podremos entender mejor a otros, debido a que al cuestionar nuestra identidad podemos desarrollar una mayor conciencia y crear mayor empatia con otros. Esta empatía nos ayuda a concebir que los procesos migratorios deben entenderse más allá de las concepciones políticas; estas deben adquirir un sentido humanístico puesto que, para el objetivo de esta investigación, un migrante no es un número, no un eslogan político, no es héroe, ni un criminal, sino que, más bien, es un ser humano lleno de virtudes y defectos. Por este motivo, creo que es pertinente cuestionarse lo siguiente: ¿Quiénes fuimos? ¿Quiénes somos? Y sobre todo ¿Quiénes queremos ser? La respuesta a estas coyunturas per- mitirá construir una identidad que nos ayude a entendernos mejor a nosotros mismos, a comprender la complejidad de la migración y a ser críticos con respecto a las nuevas corrientes culturales. Como se menciona, la migración ha estado presente durante toda la historia de Latinoamérica. Estas corrientes migratorias se presentan como olas que responden a los desafíos y oportunidades, de su periodo histórico. La primera corriente migratoria fue de europeos del sur, principalmente desde la metrópolis colonial, que buscaban mejores condiciones de vida y escapar de persecuciones étnicas, políticas y religiosas. La segunda ola migratoria, se trató de redes de tráfico humano que fueron traídos principalmente desde África, pero también desde Asia y el Medio Oriente. El objetivo de esta migración forzosa era suplir la mano de obra de la población indígena que había disminuido considerablemente. La cuarta ola de migración fue motivada por las ideas raciales de la ilustración, las que, incentivaban la migración europea, para cambiar la composición demográfica de la población. La quinta ola migra- toria, se caracterizó por una migración desde el campo a la ciudad producto de la crisis económica de los años 20 y el desgaste del modelo latifundista. La sexta ola de migratoria fue producto de la inesta- bilidad política, social y económica del siglo XX, provocada principalmente por la caída de gobiernos socialistas y la instauración de gobiernos autoritarios. La séptima ola migratoria, se distingue por el éxodo de Venezuela, la migración hacia Estados Unidos, y porque los migrantes buscan alcanzar los estándares de vida promovidos por los valores de la globalización. Sobre la séptima ola migratoria, se puede distinguir que es mayoritariamente intrarregional. Sin embargo, en ningún país de Latinoamé- rica la población inmigrante supera el 10%, del total de la población. Además, los nuevos inmigrantes
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