Depósito de materiales: (LapSoS 2012-2016)
84 / LAPSOS _ depósito de materiales 2012–2016 En el marco de las movilizaciones de los últimos tres años en Chile, el hito funda- mental radica en el movimiento estudiantil de 2011, que se despliega fundamental- mente entre los meses de mayo y octubre, sumando una paralización de actividades en numerosos colegios y universidades por hasta ocho meses. No es extraño que sea en la educación el espacio social donde estalle en Chile una crisis de malestar social relevante. En primer lugar, la educación se había instalado como el principio vivi- ficante de la sociedad de las oportunidades que se promovía. La meritocracia solo podía tener como unidad de medida la educación. Todo joven que se esforzara en su educación y tuviera éxito en su ciclo formativo, merecería ascender socialmente. En la medida que la educación se mostró falsa como espacio de oportunidades, reproduciendo las condiciones de desigualdad económica, la esperanza se trans- formó en dolor y este dolor expuso la ilegitimidad en toda su magnitud. La segun- da razón para señalar que la educación era un espacio fértil para el despliegue de energías contrahegemónicas es que se trata de una enorme masa a movilizar y con asociaciones de estudiantes relativamente organizadas. No se debe olvidar que los trabajadores sindicalizados en Chile solo llegan al 13% de los asalariados; por tanto, la suma total de sindicalizados en todo el país puede ser del mismo tamaño o in- cluso inferior a una protesta masiva de estudiantes. En tercer lugar, las asociaciones estudiantiles han tenido relevancia histórica en Chile, y esa tradición es convocable con facilidad. Debe quedar claro que no fue la organización estudiantil el motor decisivo de los logros históricos del movimiento de estudiantes de 2011 en adelante. Sus logros tienen más relación con las fracturas y debilidades del modelo económico, político e institucional. Es una crisis de legitimidad lo que explica el surgimiento de una movilización profunda. La crítica estudiantil interpretó fuertemente la visión de la educación como zona de malestar. Por el rol mediador de la educación en la fantasía del ascenso social, sistemáticamente la educación había sido utilizada como recurso político para in- crementar la esperanza de las clases bajas. La promesa se reveló falsa y los valores principales que permitían mantener el debate sobre educación como arena de con- servación, acabaron por orientarla justamente a sus antípodas. Las demandas estu- diantiles hacen eco en la situación específica de las familias. Dos hitos marcan el crecimiento del movimiento estudiantil: la declaración del presidente Piñera en el sentido de que la educación es un bien de consumo, y el ya mencionado caso La Polar. En el caso de Piñera, sus dichos se transformaron en un error político de proporciones: ningún chileno quería que se tratara a la educación como un bien de consumo, aunque fuese cierto en el Chile neoliberal. En ambos casos, queda expreso el problema de fondo: la concepción de los bienes y la lógi- ca político-económica imperante se ha revelado abusiva y carente de sensibilidad. Gracias a estos dos momentos, el movimiento llegará a tener el 89% de aprobación y el gobierno habrá llegado a tener solo el 22%, el porcentaje más bajo de la posdic- tadura chilena. Las discusiones políticas sobre el sistema educativo del movimiento van maduran- do y profundizándose durante todo el 2011. De cualquier modo las demandas que se vuelven públicas y los diagnósticos tienen avances más rápidos que los petitorios particulares de las organizaciones estudiantiles. Las demandas se vuelven cada vez más políticas: gratuidad, democratización y prohibición del lucro en la educación. Las demandas se aglutinan a otras que están fuera de lo estudiantil e incluso educa- cional. Pasa a haber un cuestionamiento a la relación existente entre política (par- tidos) y empresarios educacionales. La reivindicación de la educación como un derecho social, el cuestionamiento a la mirada miope de los bienes públicos como bienes de consumo, la recuperación de la importancia de la educación pública, el cuestionamiento de la existencia de uti- lidades empresariales en la educación, la crítica a la segregación social del sistema, a los altos costos de la educación y a una dinámica creciente de endeudamiento para Ciclo de movilización social en Chile: la aparición política de la contradicción entre ciudadanía y capital Alberto Mayol y Carla Azócar
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