Depósito de materiales: (LapSoS 2012-2016)

116 / LAPSOS _ depósito de materiales 2012–2016 Experiencias de prensa en dictadura Nibaldo Mosciatti Yo creo que, lamentablemente, trabajar en dictadura también nos provocó cierta distorsión. Cuando uno se forma y trabaja en una situación anormal, esa anorma- lidad de alguna manera a uno se le pega y tiene que, per- manentemente, tratar de limpiársela. Hay resabios de la anomalía iniciarse en el periodismo en una situación de falta de libertad. Éramos, no sé si es la palabra… soñadores. Me refiero en el sentido de creer que las cosas iban a seguir por caminos distintos. Me refiero a la transición. Nos en- contramos con una Concertación que, inmediatamen- te, cuando llegó al poder, quiso tener, como ocurre con todos los regímenes o gobiernos, una prensa incondi- cional. Creo que hubo un intento de chantaje que con algunos funcionó, evidentemente: que por haber sido opositor, uno tenía que ser pro Concertación, lo que era absur- do. Ese era el mensaje, la presión. Yo recuerdo que tuve muchísimos problemas, por ejemplo, cuando empecé a trabajar, particularmente en la apsi, cuando empe- cé a escribir análisis político; tuve muchos problemas porque yo no era militante de ningún partido y eso ha- cía difícil, digamos, la manera como estos políticos de oposición a Pinochet se relacionaban conmigo, segu- ramente porque habían modos de relacionarse con los militantes de cada uno de los partidos, me imagino. Era ajeno a eso, estaba fuera de cierto “acuerdo”, me pusie- ron el rótulo de “conflictivo”. Recuerdo muy fuertemente que alcancé a escribir un año en apsi, bajo el gobierno de Aylwin, y yo diría que a los quince días ya empecé a tener problemas, porque al nuevo gobierno no le gustaba cómo escribía. Hablé en una crónica, a los quince días de instalado Aylwin, del “nuevo oficialismo” y eso en La Moneda provocó una tirria gigantesca; eso mientras – y me consta – más de algún ministro buscaba establecer contactos privile- giados con El Mercurio. (…) Siempre digo que hacer periodismo en dictadura es hacer oposición, yo eso lo reafirmo. Y esto corre bajo cualquier régimen dictatorial. Pero también creo que la libertad de expresión se mide por cuánto la ciudadanía se expresa a través de los medios; vale decir, si efecti- vamente hay suficientes medios y diversos, donde el pueblo se expresa a través de ellos. Esa es una manera de medir si vivimos o no con suficiente libertad de ex- presión, y creo que evidentemente hoy día estamos al ‘debe’: la expresión ciudadana plural y diversa se expre- sa muy poco en los medios masivos de comunicación. Lo último que me gustaría decir es que en Estados Uni- dos, así lo tengo entendido, los banqueros no pueden ser propietarios de medios de comunicación, pueden adquirir un porcentaje, solo para venderlo, porque se entiende que a través de los medios pueden alterar los mercados. Ellos están pensando en el libre mercado, y me parece bien, porque estas integraciones verticales finalmente alteran los mercados, pero también pueden terminar haciendo que los medios trafiquen informa- ción para otro objetivo, en este caso financiero. Creo que estamos muy lejos. Y tengo la sensación, ade- más, de que haymucha gente que siente que las cosas no se pueden cambiar, y que están acomodados. Finalmen- te ocurrió que hubo una cooptación de mucha gente del nuevo poder, por así decirlo. Algunos dicen que fue a través de los negocios; yo creo que sí, pero sobre todo a través de un cierto roce social del que carecían, de la capacidad de instalarlos en la elite. Lomás asertivo que hizo El Mercurio , cuando llegó la democracia o

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