Depósito de materiales: (LapSoS 2012-2016)
Violencia / 103 7. Mujer, 16 años, estudia en un establecimiento particu- lar subvencionado de niñas del centro de Santiago. Padre técnico telefónico, madre secretaria. Tiene 2 hermanas, siendo ella la del medio. Participa de un grupo religioso en un colegio de hombres cercano. Hace poco tiempo ter- minó con su pololo, quien la dejó por otra chica. “Soñé que estaba en un lugar que no cono- cía con unos vecinos que eran amigos de mi familia, de los cuales ya no se habla. Soñé que estaba con ellos y que empezaban a hablar. Me hablaban mucho. Son una pareja y él estaba frente mío. Fue un sueño súper loco, porque él me empezaba a hablar y me empezaba a dar besos, muchos besos. Y ella también estaba atrás mío, estaba hablándome y trataban de abrir una puerta que, supuestamente… no sé, fue súper enredado, no sabía qué había detrás de esa puerta, pero la trataban de abrir y ella trataba de abrir la puerta. Como que supues- tamente yo como que la podía abrir o algo y por eso me estaban como muy cargoseando. Y como que él me empezó a dar besos, me empezaron a tocar y yo, obviamente, traté de escapar y lo único que soñé era que corría, que corría y no sabía que le había pasado a ella. Él me iba persiguiendo y en mi camino, que tampoco conocía, habían muchas pie- dras, muchas. Me costaba arrancar.” 8. Hombre, 16 años, cursa 2° medio en un colegio par- ticular subvencionado. Vive con sus padres y hermano menor en comuna al nororiente de Santiago. Su padre es académico e ingeniero comercial, mientras su madre es ingeniera agrónoma. Desde enseñanza básica ha prac- ticado diversos deportes (futbol y atletismo) cuestión que lo ha llevado a representar a su colegio en diferentes campeonatos. “Estoy justo en el pasillo para entrar a mi casa. No veo mucho porque es de noche. Soy yo mismo, pero de cabro chico. Al frente mío hay una persona muy alta, negra, oscu- ra y larga. De pronto, esta persona se viene hacia mi y yo intento escapar, corro hacia atrás y no puedo. Como que estoy inmóvil, me muevo muy lento. Sentía mucho miedo. Luego, no recuerdo bien, pero intento llamar a mi papá como unas cuatro veces, pero no me salía la voz. Me cuesta mucho abrir la boca; el gesto se me hace muy complicado. Intento decir papá durante 30 segundos y al- canzo a llegar a la puerta de mi casa, y ahí se termina el sueño”.
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