Depósito de materiales: (LapSoS 2012-2016)

Violencia / 99 Caso 3 Mujer, 40 años. Vive con su esposo e hija en San Bernardo. Trabaja en servicio doméstico en domicilio particular ubicado en Ñuñoa. Ahí salía a las 6 de la mañana, porque donde yo vivía estaba justo en la entrada de Padre Hurtado, entonces a la vuelta estaba el terminal de buses, de las micros trecientos uno. Entonces pasaban a cada rato, cada dos minutos pasaba una micro y no costaba tomarla. El problema era de que nadie paga, la gente allá es brava (…) Maleducados, pasadores a llevar. O sea la ley del más fuerte. No pagaban, querían irse todos sentados, varias veces me botaron al subirme a la micro, porque no pagan entonces llegan y pasan para irse sentados y cero respeto por las mujeres, con nadie. No le dan el asiento a nadie.Y a ver... si la micro lleva cincuenta personas pagaremos en ese entonces, pagábamos cinco y todos los demás pasaban gratis. Para la mayoría de la gente es tonto el que paga... bueno, aparte de los garabatos, las peleas con el chofer, que “apúrate”, que si la micro quedaba en pana ahí quedaba la embarráda. Prácticamente querían pegarle al chofer. (…) Sí, si yo a veces igual me defendía porque me trataban así como que hubiese sido señora de ellos, no sé. Hombres y mujeres, porque ya el respeto se perdió entre mujeres también. Las mujeres como los hombres empezaban a estrellarse, a empujarse para subir a la micro, las mujeres empezaron igual. Eso tampoco ahora hay cero respeto por hombre y mujeres, es lo mismo. Pueden ir gente minusválida, señoras embarazadas, señoras con guagua y todos instantáneamente tienen una capacidad para hacerse los tontos; todos miran para afuera, se hacen los dormi- dos, mujeres y hombres, nadie respeta a nadie; señoras con muletas, nadie les da el asiento... y las malas palabras, que las pasan a llevar y el garabato.Aparte de los olores (…) O sea puede ser un día lunes, que uno dice ya el día lunes vienen más limpios, se bañaron el fin de semana. Es horrible el olor a copete, el olor a vino y a todo, a todo. (…) Pero en le metro se ve harta pelea que se tiran el pelo, que se dicen cosas, que “hacete para allá”, que “pareces ***(audio ilegible) encima mío”, de repente salen cosas muy chistosas. De repente en el metro uno en la mañana, que yo lo tomo a las siete de la mañana, yo no subo.A mi me suben y me bajan. (…) Cuando queda en pana es terrible, y eso que decian que no iban a quedar en pana, quedan en pana las micros y uno queda botada.Y ahí donde yo la tomo, me cuesta de repente en los horarios punta viene llena, en cambio cuando queda botada por ahí, después ya no paran. (…) El problema acá eran la gente, la gente, las malas palabras, los golpes y a los fiscalizadores se los pasaban por cualquier lado, los subian los bajaban y nadien los respeta (…) porque yo la tomaba a las seis de la mañana y ya estaba fiscalizadores, pero si no esta carabineros... yo creo que ni carabineros, tendría que ser gente del GOPE para hacer caso. Le juro que es cierto, porque cuando se cortaba el agua allá, no llegaba carabineros, llegaba gente del GOPE para que a los carros que dan agua... para que tranquilizara la cosa (…) Yo me levanto a las cinco y cuarto, cuando me hago la lesa a las cinco veinticinco, cinco y media, pero ahí no me alcanzo a luchar, si me levanto a las cinco y media. Cuando me levanto a las cinco y cuarto me alcanzo a duchar, tomo un café caminando y la mitad de un cafe caminando, guardando mis cosas, buscando mi cartera y “zam!”, no alcanzo a hacer nada. (…) nosotros el horario que tenemos para reunirnos, es a la hora de once. Que nosotros venimos a tomar once a las nueve y media de la noche, que ahí nos damos una hora, hasta las diez y media, ya como le decía si se da cuenta ya es... nueve y media, diez, que ahí uno empieza a correr “ah, que no he hecho esto, que no he hecho lo otro” y para tipo once, once y media acostarme. (…) Nunca me acuesto antes de las diez y media, once de la noche. Porque yo en mi casa llego cuando salgo a las seis y media, llego a las ocho y media, un cuarto para las nueve, a las nueve y depende del trayecto de si hay mucha gente, porque a veces en el intermodal ta’ lleno de gente y hay unas filas enormes para poder tomar la micro y las micros se llenan y a veces pasan tres, cuatro micros y en la cuarta uno se puede ir. (…) me cuesta un montón, todos los días peleo en la mañana. Hablo y hablo y hablo, que a mi no me mantienen que me tengo que mantener sola que no quiero trabajar nunca más en mi vida, pero es el despertar, despues en el día estoy contenta, me gusta lo que hago, me gusta mi jefe. Pero en la mañana alego mucho. (…) el último tiempo no podíamos dormir porque todo el día balazos y mi hija de repente invitaba a amigas de la universidad, que teníamos que ir a buscar al paradero, ir a dejarlas... y con el riesgo de que les llegara una bala loca y les pasara algo, y la responsabilidad nuestra con los papás de ella.

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