Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas

Músicasnómades:mestizajes culturales en lasmúsicas inmigrantes latinoamericanas – 93 vo de exclusión de un “nosotros” que nombra a un “otro” reforzando los procesos de etiquetaje y estigmatización. Por ello nos proponemos utilizar esta noción con los necesarios resguardos conceptuales. Asimismo, quisiéramos evitar el riesgo opuesto que sería abandonarnos a una relación de fascinación o exotización del objeto y los sujetos de la inmigración. Concebimos que ambas posturas no son sino dos caras de una misma moneda, herencia de una apología de nociones esencializantes tales como identidad, tradición, autenticidad y origen. Constatando los límites de estas dos maneras de concebir a los actores de la inmigración, optamos por relevar su experiencia como sujetos multidimensionales que actualizan diversas pertenencias e identificaciones. Inmigrantes en Chile: Breve retrospectiva En la historia de nuestro país los discursos dominantes del Estado-Nación han dado prioridad a una chilenidad comprendida como pura y homogénea donde no han es- tado ausentes operaciones de blanqueamiento. Un ejemplo emblemático fue el plan institucional liderado por Vicente Pérez Rosales en el siglo XIX, quien implementó políticas migratorias para fomentar la llegada de europeos a fin de aminorar la pre- sencia indígena en esa nueva chilenidad constituyente. Un proyecto dirigido a la co- lonización de tierras deshabitadas mediante estos migrantes deseados. Una mirada a la legislación chilena sobre el tratamiento que le ha dado el Estado a las migraciones, da cuenta del enfoque que históricamente ha predominado en esta materia. A este propósito María Daniela Lara distingue tres fases en la legislación migra- toria chilena, reconociendo grandes periodos que nos permitirán situarel fenómeno migratorio en la actualidad. La primera fase, como señalamos más arriba, correspon- de al siglo XIX y se orientó a la colonización de las tierras deshabitadas mediante migrantes europeos. La segunda fase ubicada en la dictadura militar se caracterizó por expulsar y restringir la llegada de extranjeros y nacionales considerados como peligrosos. La tercera fase, posterior al retorno de la democracia, si bien mantiene el marco normativo de la dictadura se reorienta de acuerdo a la realidad del entor- no nacional y latinoamericano de la época. En ella se eliminan las barreras para el retorno de exiliados y para la llegada de nuevos inmigrantes en concordancia con una voluntad de ingreso a los circuitos del comercio internacional. Se fomentan los tratados de libre comercio en el marco de la naciente globalización que exige trans- formaciones en las estructuras sociales y el mercado laboral. Consecuencia de ello fue el aumento de la inmigración desde naciones vecinas (Argentina, Perú, Bolivia y Ecuador) motivada por el crecimiento de los niveles macroeconómicos y la imagen de estabilidad política proyectada hacia el exterior. Otro fundamento para favorecer la apertura a nuevas inmigraciones internacionales se relaciona con el reconocimien- to de los derechos de libre tránsito y derecho a migrar, entre otros (Lara, 2014).

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