Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas
48 – Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas de las organizaciones tradicionales de esperar que desde fuera de sus localidades se responda a las necesidades de la población, transformándose muchas veces en acto- res que solo esperan respuestas institucionales a sus necesidades, dando cuenta de un cierto “conformismo”que ha impedido el desarrollo de nuevas formas de conce- bir y ejercer laparticipación social (Espinoza, 1990). Podemos decir que la ruptura con lo institucional es un aspecto crítico del carácter emergente de la experiencia comunitaria del Centro Ecológico Jubaea, jugándose en ello, parte de su carácter de acontecimiento. “Porque mira, imagínate tú, lo de la calle, si nosotros no nos orga- nizamos para exigir que se arreglara esa calle, todavía estarían puesto aquí los hoyos, exigimos que fuera arreglado, en una u otra forma, de distintas maneras de luchar para eso, entonces, logramos que se arreglara la calle, imagínate en otra punta de cerro que la gente no se organiza, está totalmente botada, botada, está tirada…” (Integrante Centro Jubaea, Mujer-adulta). Resulta interesante cómo se subvierte el aislamiento de estar “ en la punta del cerro ” a partir de la capacidad de autoorganizarse. El relato de los pobladores de “La Laguna” da cuenta de ciertas formas de acción colectiva, que pueden no ser sistemáticas en el tiempo, pero que frente a necesidades críticas han sido capaces de articular las fuerzas de los habitantes frente a las autoridades que se definen como responsables de su abandono. Lo anterior es relevante porque tiene que ver con el modo como una petición ante una necesidad insatisfechase transforma en un recla- mo y luego en una demanda. Como señala Laclau (2005), una demanda no es solo una petición o un reclamo, es una confrontación con aquello que impide o se opone a la satisfacción de nuestras necesidades como miembros de un colectivo, y por lo tanto, su definición supone el establecimiento de un antagonismo social. Es decir, nos referimos al proceso por el cual una petición cualquiera, en este caso los problemas de pavimentación de las calles, se hace equivalente a otras necesidades, como la falta de conectividad y los mi- crobasurales, cuando los pobladores perciben que todos estos problemas tienen que ver con la falta de respuesta de la autoridad municipal. Un ejemplo de lo anterior lo podemos encontrar en algunas acciones de protesta y corte de calles que los vecinos de la población han realizado como una forma de reclamar por la falta de respuesta a los problemas del territorio por parte del gobierno local. Lo anterior es relevante, porque la acción colectiva conjunta frente a un otro que nos niega una demanda es lo que posibilita que emerja una identidad, permitiendo la articulación de unos significados comunes en los cuales se reinscriben las necesidades de los pobladores como un colectivo. Podríamos hipotetizar que en la población “La Laguna” se dan las condiciones de posibilidad para que las pequeñas experiencias de organización que se han venido desarrollando durante estos años, logren mantenerse en el tiempo y articularse en un ciclo de demandas colectivas.
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