Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas
40 – Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas paraíso. En palabras de una integrante del equipo de trabajo del Centro Ecológico Jubaea: “Construyen una población tras otra, sin dejar espacios verdes y sin considerar otros impactos, hace que otros pobladores y en otras poblaciones se viva indignamente ya que no solo basta con vivir en departamentos chicos y hacinados, sino que también nos concentra comunitariamente en lugares mezquinos, sin áreas verdes, al lado de basura- les” (Integrante Centro Jubaea, Mujer-adulta). El relato de esta pobladora nos recuerda el ya clásico documental de Joris Ivens, A Valparaíso , del año 1963, en el que Valparaíso serían dos ciudades unidas por esca- leras y ascensores, una ciudad del plan, el centro comercial y administrativo; mien- tras que la otra ni siquiera sería una ciudad, sino que múltiples aldeas (cada Cerro una de ellas), declarando que: “mientras más arriba en el cerro, más pobre es la gen- te” . Han pasado cincuenta años de aquel documental y los cerros continúan siendo la trastienda de la ciudad, manteniéndose e incluso incrementándose sus desigual- dades. Si recorremos los cerros de Valparaíso nos daremos cuenta con facilidad que la periferia de la ciudad sigue configurada por campamentos y viviendas construidas con material ligero, incluso en lo más recóndito de las quebradas. Siguiendo a Kaztman (2003), podríamos decir que Valparaíso en su configura- ción urbana no es más que el resultado de decisiones verticalistas de ordenamiento territorial determinadas por organismos estatales y a partir de las cuales se han segui- do reproduciendo esas dos ciudades descritas por Ivens en 1963. Es más, es posible identificar una relación ambivalente en esta forma de estructuración de Valparaíso: por un lado, la ciudad necesita de la fuerza de trabajo de las poblaciones pobres, pero por otro, los expulsa a la periferia urbana, los oculta en la trastienda de la ciudad. Utilizamos la metáfora de la trastienda para hablar de aquello que se oculta, que no se muestra, que se mantiene alejado de la opinión de lo público, en la periferia, en la ausencia, en el abandono. Según Goffman (1997), la trastienda representaría el trasfondo escénico o backstage de una fachada , esto es, de la dotación expresiva uti- lizada de modo general por los actuantes frente a un auditorio . Nos referimos a un Valparaíso cuya fachada se ubica en el plan, en el casco histórico, en los centros co- merciales y a los pies de los cerros, precisamente a través de la forma que adopta la arquitectura decimonónica de sus construcciones valoradas como patrimonio de la humanidad. Se trata de una fachada que se presenta en la forma de una postal, sepa- rada de una trastienda que se mantiene oculta del auditorio, y examinada constan- temente por los actuantes para detectar los defectos y excluir a aquellos miembros expresivamente ineptos de la representación (Goffman, 1997). Pensamos en la población “La Laguna” como un territorio ubicado en la tras- tienda de Valparaíso, desplazado simbólica y geográficamente al extremo de su fa- chada, desde la cual es excluido todo aquello que es indeseable presentar frente al auditorio, esto es, los problemas derivados de la precarización material de la vida
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