Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas

38 – Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas La distinción entre lugar y no lugar se formula sobre la tesis según la cual, la sobremodernidad 1 sería la generadora de éstos últimos, al promover modos de vida cada vez más efímeros, provisionales e individualistas (Augé, 2000). Resulta intere- sante pensar que la población “La Laguna” representa el resultado de una suerte de “sobremodernidad de los márgenes”, es decir, el producto de las políticas residuales que se producen en la trastienda de la ciudad y que se presentan como incapaces de promover “lugares” en los cuales se generen vínculos sociales con sentido, y más bien, por el contrario, por acción u omisión generan verdaderos “no lugares” de la marginalidad. Sin embargo, al igual que “los lugares”, los “no lugares” no existen de un modo absoluto, esto es, “los lugares” se reconfiguran a la vez que las relaciones se recons- truyen en esos territorios, del mismo modo en que Michel de Certeau caracteriza las artes del hacer , en tanto transitamos de los “no lugares” a “los lugares” a partir de bricolajes cotidianos (De Certeau, 1999). En virtud de lo anterior, los “no lugares” nunca estarían totalmente completos, así como tampoco los “lugares” estarían to- talmente borrados. A este respecto, Michel de Certeau traza una distinción entre el concepto de lugar y espacio, empero, no los desarrolla teóricamente como dos ele- mentos opuestos, como en el caso de la distinción entre “lugares” y “no lugares”. Para dicho autor, el espacio se define en términos de un lugar practicado o como un cruce de lugares en movimiento , de tal forma que serían los propios caminantes quienes trans- forman en espacio los lugares geométricamente organizados de antemano, jugando por consiguiente con los límites de lo posible (De Certeau, 1999). Esta distinción será relevante para entender cómo las propias organizaciones del territorio han sido capaces de recuperar lugares estandarizados por la política urbana y transformarlos a través de su propia acción en espacios para el uso comunitario. La condición base de la población “La Laguna” es configurarse como un terri- torio estandarizado a partir de la acción u omisión del Estado. Al transitar y reco- rrer la población “La Laguna”, solos o en compañía de sus habitantes, recordamos recurrentemente la frase que en ocasiones hemos escuchado, "los pobres no elegimos donde vivir" (frase que alcanzó connotaciones dramáticas en el megaincendio que afectó a varios cerros de Valparaíso el año 2014) 2 . Lo anterior, porque la Población “La Laguna” es un conjunto de viviendas sociales en cuya planificación y desarrollo no se consideraron, por ejemplo, la construcción de espacios de encuentro comu- nitario como plazas y parques —denominados desde la planificación urbana como 1 El término sobremodernidad es utilizado en las tres acepciones que desarrolla Augé: temporal, espa- cial y subjetiva. 2 Esta frase fue proferida por una habitante de uno de los cerros de Valparaíso afectados por el megain- cendio de abril del año 2014, frente a la pregunta formulada por una periodista de TVN: “¿Por qué se vienen a vivir a un lugar tan peligroso?”.

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