Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas

152 – Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas Sobre los PROGRAMAS SOCIALES O EL EJERCICIO DEL CONTROL. Una coincidencia importante que tenemos con este informe es la inquietud que levanta al señalar que “resulta curiosa la dependencia de los programas sociales a la Subsecretaría de prevención del delito, lo que tendería a imprimir la mirada desde la seguridad, sobre los diferentes temas sociales que se abordan”. Al estar los programas sociales y la intervención sico-social definida y en fun- ción de temas de control y seguridad entonces el diálogo, la participación, la con- sulta a los vecinos, solo serán considerados en la medida que apunten a lograr dicho objetivo. De esta forma, se están utilizando las necesidades básicas y esenciales de los pobladores, se están instrumentalizando sus sueños y también su confianza. Aquello que antes era un derecho innegable y exigible por quienes son parte de la vida política de un país, como trabajo, vivienda, salud, educación, un derecho que no estaba asociado a deberes ni obligaciones, hoy se transforma en un beneficio al que debemos aspirar dando gracias por el favor concedido. En síntesis, la triada interventora Estado Nacional, Gobierno Local, Consejo de Organizaciones no solo determinará qué hacer, cuando hacerlo y de qué forma, sino que también a quien o quienes va a beneficiar en función de sus intereses, en el caso de nuestra población, en función de lo útil que pueda resultar para los fines del control del territorio y de las vidas de sus habitantes. Lo que constituye violencia política en la más solapada de sus formas. Una fundada sospecha Los miles de millones invertidos, el costoso y gran despliegue policial, la in- tervención social y laboral para nosotros esconde un interés no declarado, el suelo donde esta emplazada nuestra población es hoy demasiado valioso para ser habitado por personas con escasa capacidad de consumo. La ciudad crece y esta pensada para otra gente, no para nosotros. Los edificios avanzan y rodean La Legua, como dijo el Alcalde “La Legua es un lunar para la comuna”. El mercado inmobiliario necesita nuevos terrenos cercanos al centro de la ciudad, que mejor que sacar a los indesea- bles, a los delincuentes, a los nadie, a los que ensucian la ciudad. Nos quieren expul- sar a la periferia y para eso han intervenido nuestra población, para incomodarnos, para transformarla, para separarnos, para hacernos sentir y pensar que aquí no se puede vivir. Por eso llamamos cuidar y defender la vida de y en La Legua. Volver a reunirnos, a conversar, a compartir. Por el derecho de ser lo que somos y vivir donde vivimos exigimos el fin de la intervención.

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