Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas
Vidas cotidianas intervenidas: relación del Estado con las formas de vida en la población La Legua – 141 Los vecinos nos contaron que por Iniciativa Legua entendían aquellas transfor- maciones de mayor envergadura que trajo aparejadas este plan, como es la interven- ción urbana que incluye la remodelación de lo que se denomina el Eje Canning, el diálogo con los comités de allegados para la asignación de viviendas o la construc- ción de viviendas sociales en los terrenos comprados por el Estado a los depósitos y empresas colindantes con la población. El resto de la oferta programática que dis- puso el plan no era muy comprensible, identificándola con actividades privadas o de ONG’s, como fueron algunos programas específicos de colocación laboral, de regularización de antecedentes o de alfabetización. Esta dificultad para comprender el proceso en su globalidad —como un plan que pretende ser modelo de intervención estatal de reducción de la violencia— su- mado a la magnitud de la inversión que lo caracterizaba, nos hizo pensar que el cambio de estilo en la forma de implementar localmente las líneas programáticas definidas por el Estado —en especial respecto a su oferta social, que tal como des- cribimos en el capítulo anterior—, se presentaba a partir de programas específicos administrados por privados y donde los vecinos debían inscribirse. Entre los progra- mas se nombraban por ejemplo: el comité de allegados para la vivienda; el llamado para la eliminación de antecedentes judiciales; talleres de capacitación laboral o de alfabetización. Esta forma de organizar la oferta programática ponía en jaque a las tradicionales formas de organización territorial colectiva y autogestionada, apare- ciendo diversas reacciones frente a la intromisión del Estado, donde las posturas de cuestionamiento de los vecinos terminaban quedando como fragmentarias y menos orgánicas, generando roces entre los propios vecinos. Si bien Iniciativa Legua se presentaba como una promesa para mitigar necesida- des urgentes en la población a partir de una oferta social, la forma de organizar y ba- jar dicha oferta generaba contradicciones internas entre los vecinos, incluso impac- tos afectivos y conflictos personales al interior de las familias, quienes veían cómo el oponerse o negarse podría implicar dejar sin beneficios a los suyos. El conflicto se jugaba críticamente puesto que había en juego necesidades que son sentidas como urgentes cuya solución difícilmente se podría condenar, pero al mismo tiempo se sospechaba, aunque sin certeza para muchos, que aquello iba de la mano con unos intereses ajenos a sus vidas y de los que emanaban alcances en el territorio difíciles de dimensionar, en especial, cuáles eran los objetivos del gobierno en esta nueva entrada a la población. Sospecha de instrumentalización Como se mencionó, muchos vecinos perciben una continuidad en la presencia del Estado en La Legua, al menos está la sensación que desde el año 2001 en adelante
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