Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas
126 – Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas La Cancha La Cancha se encuentra ubicada espacialmente en el sector de La Peregrina, al cos- tado de la Sede Vecinal, en la ladera de la quebrada. Dicho lugar es significado como importante para niños y niñas de la Población, principalmente asociado a la recrea- ción y las posibilidad de encuentro con otros/as. Emerge como un espacio para el juego y el esparcimiento: “que allá vamos a jugar a la pelota” (Niño Varón, 9 años); “porque voy a andar en bici con la Pía, y la placita de atrás, casi todo los domingos con la Pía voy allá” (Niña Mujer, 12 años). Pese a lo anterior, parece haber un uso diferenciado del espacio entre niños y niñas. Por un lado, los niños utilizan la cancha propiamente tal, para jugar a la pelo- ta, como bien se relata en cita anterior. Por el contrario, las niñas juegan alrededor de la cancha, por ejemplo, “andar en bici” , donde cobra especial relevancia el árbol ubicado a un costado de la cancha, lugar donde las niñas se congregan. Por otro lado, a partir del trabajo de cartografía social y las conversaciones en torno a volver sobre los lugares significativos con los niños y las niñas, han emergido dos lugares relevantes en su habitar el territorio, donde se articula el tránsito en su vida cotidiana con sus posibilidades de autonomía y el encuentro con otros/as, a saber: para las niñas el pasillo, y para los niños la calle. El Pasillo A partir de la cartografía social, las entrevistas y las conversaciones cotidianas emer- ge un espacio especial para las niñas en el cual se articula, diferenciadamente de los niños, la estructuración de la propia cotidianeidad. En efecto, este espacio que emer- ge en el relato de las niñas es “el pasillo”, un lugar donde transcurre parte importante de sus vidas cotidianas: “ Y el otro, en el pasillo, que juego con la Ashly y con la Pía. Abajo de mi casa, juego a las paletas y lunes, miércoles y viernes voy a zumba… Es para hacer la hora para hacer la hora para ir a zumba, como de las cinco hasta las ocho, de las siete o de las seis, de ahí juego con la Ashly, y después nosotras dos con la Pía vamos a zumba” . (Niña Mujer, 12 años). Si bien emerge como lugar de espera para salir, es también un lugar donde se “está”, como extensión del espacio doméstico y privado, en el cual se realizan ritos y costumbres que dan cuenta de la apropiación de un espacio de tránsito, como un lugar significativo: “C: Y cuando dices salir a jugar ¿Es al frente del edificio? ¿Dónde es salir a jugar? MP: Algunas veces a mí me gusta estar en el pasillo, ahí me dejan. También me gusta adonde está la Ashly, ahí me gusta estar, porque no me gusta estar en el pasi- llo, hay poco lados.
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