Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas
122 – Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas nosotros. ¿Por qué dijiste eso?, siempre he querido preguntarte eso. M: Porque yo creo que hay niños que no tienen nada, y a ver, nosotros nos diver- tirnos, plantando… ahí tienen envidia, no… no es envidia, es como admiración, o algo así. C: ¿Y qué es lo que más te gusta de lo que hacemos acá? M: Plantar. C: ¿te gustaría que hiciéramos más de esas cosas? M: Sí, otro huerto así grande, así como de esos con escaleras, en donde plantan árboles, de palta, de todo”. (Niña Mujer, 12 años). En este relato se puede observar la valoración positiva que tienen los niños y niñas del Centro Ecológico, toda vez que posibilitaría ser un espacio de autoría y ac- toría para ellos y ellas, denunciando a su vez la ausencia de espacios de participación y protagonismo de la niñez en el resto del territorio. Por otro lado, considerando las contingencias que han emergido en la historia reciente del Centro, los/as niños/as también han visualizado aquellas situaciones problemáticas que han aquejado al espacio, como lo son las situaciones de cons- tantes robos a la sede comunitaria. Al respecto, participantes nos señala: “porque el Centro Ecológico está muy pobre y pueden robar cualquier cuestión, porque hay unos hombres malos que vienen a robar acá, pueden pasar por todos los lados, tiene una escalera, rompen y pueden salir y empiezan a buscar cuestiones” (Niña Mujer, 7 años). La Quebrada (el Cerro) La Quebrada Cabriteria se ubica entre la Población Básica del Cerro Rodelillo y la Población La Laguna del Cerro Placeres, caracterizándose por el terreno irregular y vegetación autóctona como lo es la Palma Chilena ( Jubaea Chilensis ). Por ello, ha sido una demanda constante de los niños y niñas realizar paseos por la quebrada —el cerro como ellos/as mismo le llaman— desde allí se facilitaron recorridos por el territorio, con la intencionalidad de ir fotografiando y dibujando la quebrada, identificando aquellos elementos que identifican como significativos para ellos y ellas en dicho tránsito. En este proceso hemos observado que la quebrada es un lugar al cual los niños tienen acceso fácilmente en su vida cotidiana, donde juegan y pasan parte de sus días. En cambio, para las niñas es un lugar restringido y connotado como peligroso, transitándolo solo con nosotros/as en el contexto del taller. Como queda de mani- fiesto en los siguientes relatos. Un niño: “Ayer la pasé bien igual, porque fuimos en bicicleta por el cerro con el Benja, íbamos
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