Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas
116 – Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas otra agrupación que utilizaba el espacio del Centro para actividades exclusivamente recreativas, identificando que la principal diferencia era la noción de sujeto con la que trabajábamos y, consecuente con ello, el tipo de relación establecida con los niños y niñas. Desde este momento comenzamos a explorar las temáticas a trabajar con los niños y las niñas del sector, desde una concepción de sujetos activos y como actores dentro de la gestión, planificación y proyecciones del Centro Ecológico. El segundo momento se relaciona con acciones realizadas durante el verano del año 2014, donde el énfasis se focalizó fundamentalmente en las prácticas de buen trato y respeto entre los niños y las niñas participantes de las actividades, apoyados por estudiantes pasantes de Psicología, con el propósito de disminuir las prácticas relacionales agresivas de los/as mismos niños/as, las que emergían con recurrencia debido a las condiciones de violencia estructural a las que están expuestos en su vida cotidiana. Estas acciones orientadas al establecimiento de relaciones desde el buen trato se vincularon con actividades realizadas fuera del Centro Ecológico. En un tercer momento del proceso, se articulan las temáticas de buen trato con la sensibilización medioambiental, organizando y proyectando el trabajo a media- no plazo, constituyéndose en un espacio de autoría y creación, en consonancia con el objetivo de contribuir al fortalecimiento comunitario que se propone el Centro Ecológico. Este momento se puede ubicar temporalmente durante el primer semes- tre del año 2014, donde se realizaron actividades relacionadas con recorridos por la quebrada, construcción y mantención de camas de cultivo. Es importante destacar que durante este momento del proceso se cruzan trans- versalmente situaciones de constantes robos a la sede comunitaria del Centro Eco- lógico, razón por lo cual se asume con los niños y niñas acciones para promover el cuidado del espacio de reunión y trabajo, como microprácticas de resistencia que emergen frente a esta tendencia a la desarticulación de la experiencia comunitaria. En el cuarto momento, el énfasis se ha inscrito en la exploración de las significa- ciones del territorio, específicamente de los lugares de actoría y autoría de los niños y las niñas. En esta etapa, los niños y niñas comienzan a participar de forma propo- sitiva en la planificación y evaluación de las sesiones y actividades que se realizan en el Centro, además de proyectar su quehacer a la comunidad circundante. Un hito interesante de esta etapa es aquel momento en el cual uno de los niños nos dice que se quiere quedar a la reunión de evaluación que se realiza luego de finalizadas las ac- tividades, diciendo “ porque no quiero que hablen de mi a mis espaldas ” (Niño, varón, Junio 2014). Respecto de las actividades realizadas, se continúa con los recorridos por la quebrada y la población, donde los niños y niñas transitan por los lugares que para ellos y ellas resultan significativos, fotografiándolos, dibujándolos y hablando sobre ellos. Todo esto a partir de nuestra propia petición como facilitadores del ta- ller, donde también participamos de forma activa en las creaciones y acciones reali-
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