Policy Brief: La Política Nacional Rural 2020: aportes para el proceso constituyente
La Tabla 1 (ver Anexos) tiene el mérito de vincular diferentes dimensiones y aspiraciones de dos políticas claves a estudiar en el actual proceso constituyente. Si bien, ambas nacen de buenas intenciones y están rodeadas de palabras bonitas, se evidencia una superposición de la mirada urbana por sobre la rural. Incluso, la PNDU del 2014 tiene estrategias, herra- mientas y acciones más concretas respecto a la PNDR de 2020, en cuanto a cómo se incorpora a las comunidades en decisiones de políticas habitacionales y urbanas. En cambio, la PNDR no da garantías de cómo las comunidades podrán ser parte de diferentes proyectos o programas. No basta con declarar palabras para referirse a ellas como acciones. Uno de los grandes desafíos de ambas políticas, es identificar cómo se romperá con el binomio urbano – rural. Ambas polí- ticas enuncian el rol de la Política Nacional de Ordenamiento Territorial, como instrumento clave para delinear de qué for- ma diseñamos acciones que comprenden la movilidad entre territorios urbanos y rurales que son heterogéneos en sus escalas, en sus funciones y en las formas de relacionarse. Vemos con preocupación que ambas políticas sean presidi- das por comisiones ministeriales y técnicas (Anexos - Tabla 1). Ambas persiguen incorporar a las comunidades, pero cabría cuestionarse ¿de qué forma daremos garantía de procesos de participación deliberativos o vinculantes? Cómo llegare - mos a las comunidades rurales más apartadas, más alejadas, o más castigadas para hacerlas partícipes de estos procesos. Aquí, el desafío es significativo, y no basta con escribirlo. De - finir una Comisión Técnica Interministerial “Ciudad, Vivienda y Territorio” como responsable de decisiones políticas a di- ferentes escalas, es totalmente opuesto a lo declarado como objetivo y principio de gobernanza. A nuestro juicio, otro desafío constituyente que deriva del análisis de la Tabla 1 (ver Anexos), Figura 1 y Figura 2, es la pregunta sobre cómo construimos instrumentos de planifi - cación territorial que sorteen las ya tradicionales definiciones administrativas del territorio. La PNDU es más específica al darle un rol significativo a las cuencas hidrográficas. La PNDR no es clara, y deja en cuestión el significado de palabras como “activos o infraestructura estratégica”, entre otros. Más aún, la Tabla 1 exige proponer cambios a las leyes vigentes, dando así, garantía a los propósitos y dimensiones por las políticas propuestas, especialmente la PNDR (Figura 1, ver Anexos). Evidenciamos desde el análisis de la PNDR y la PNDU que la primera llegó tardíamente. La segunda tiene el mérito aún, de acoger una significativa voluntad de sus comunidades de par - ticipar. Pero ¿cómo encantamos a sujetos rurales empobreci- dos que habitan en territorios escasos de movilidad? ¿Cómo incorporamos a comunidades étnicas que son parte de la his- toria de las zonas rurales? ¿cómo recuperamos la memoria territorial de comunidades que se van extinguiendo? 4. RECOMENDACIONES PARA EL PROCESO CONSTITUYENTE: Aportes en el proceso constituyente ¿Qué debemos tener en cuenta? La política, posicionada desde la perspectiva económica no ha logrado incorporar efectivamente otras lecturas que per- mitirían un mejor entendimiento del fenómeno, pero nota- blemente ha invisibilizado las transformaciones vividas por importantes sectores de la población y el territorio, que han visto como la integración económica global ha generado nuevos desafíos tanto a su vida cotidiana como a su relación con el Estado. Este documento propone que en un momen- to constituyente como el que estamos viviendo, es necesario que la nueva constitución garantice que el proceso de ela- boración de políticas públicas sea un espacio que aborde la problemática problema desde perspectivas interdisciplinares que permitan abarcar las múltiples dimensiones que con- ceptualizan la desigualdad o sus manifestaciones, para que así consideren la transformación radical que ha experimen - tado el término desigual tras décadas de políticas sociales neoliberales, particularmente en territorios rurales, permi- tiendo un nuevo pacto urbano-rural, con una perspectiva in- tegradora del territorio que aborde la desigualdad territorial existente. En este sentido, es indispensable, en primer lugar, la com- prensión de lo rural como un espacio diverso (cultural, ét- nica y paisajísticamente) pero autónomo, integrado a redes globales de valor, pero también, demanda ser incorporado políticamente al territorio nacional. Es en los territorios rura- les donde el vínculo entre naturaleza y sociedad está más ex - puesto, por lo que la importancia de la base biofísica para la vida y actividad económica en territorios rurales, implica que es importante reconocer la forma en que fenómenos como el cambio climático en territorios degradados y erosionados desafía la planificación territorial de los espacios rurales. Es por ello, que la nueva constitución debe considerar no solo mecanismos de protección de la naturaleza (ya sea en 9 UNIVERSIDAD DE CHILE Vicerrectoríade Inves tigaciónyDesarrollo INVESTIGACIÓN INNOVACIÓN CREACIÓNARTÍSTICA POLICY BRIEF
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