Herramientas para el liderazgo escolar en educación media técnico profesional

149 HERRAMIENTAS PARA EL LIDERAZGO EN EDUCACIÓN MEDIA TÉNICO PROFESIONAL sustenta en base a niveles de creencias, valores y pr cticas. Para referir a este tema, dos San- tos recurre al an lisis de Edgar Schein, quien propone que la cultura organizacional se expresa en tres niveles identificables en una comunidad: creencias, valores y prácticas. Las creencias son el nivel m s abstracto y arraigado, y operan en el inconsciente de las personas. Los valores son los juicios que movilizan las decisiones de las personas, mientras que las pr cticas corres- ponden al nivel m s tangible que se expresa por medio de artefactos simb licos y compor- tamientos. Estos tres niveles operan de manera simult nea e interrelacionada en una cultura organizacional. Lograr reconocer una cultura escolar al interior de los establecimientos educacionales repre- senta una oportunidad de intervenci n invaluable para los líderes educativos y sus equipos de gesti n. Es precisamente el car cter contextual de este conocimiento el que otorga relevancia al mejoramiento educativo en el mbito del liderazgo educativo. Así, la mejora se sustenta en el liderazgo de procesos, los cuales deben hacer evidente el contexto de la cultura escolar del establecimiento educacional. Lo anterior implica levantar acciones que permitan conocer las creencias más arraigadas entre los miembros de la comunidad e identificar sus problemáticas m s concretas y pr cticas. Los procesos de mejora asociados a la transformaci n de la cultura en las escuelas requieren de modificaciones completas, los cuales buscan incidir en comportamientos y hábitos ya ins - taurados entre los actores de la comunidad educativa. Por ejemplo, un liderazgo educativo que busque incidir en las pr cticas pedag gicas de sus profesores/as debe asumir la resistencia natural que puede surgir frente a cambios que muchas veces se perciben como perturbadores de dinámicas de trabajo ya instaladas. Según Fullan (2002) el cambio educativo significa un cambio en las pr cticas, lo que implica necesariamente la participaci n activa de los actores. Este autor identifica cinco claves del proceso de cambio centrado en la escuela: ▪ Dar importancia a la organizaci n y a los procesos culturales, m s que a los resultados de la escuela. La importancia est en disfrutar de lo que sucede en el viaje m s que en el punto de llegada. ▪ Ver los resultados escolares como problem ticos por sí mismos, que exigen an lisis, debate y adopci n de medidas por parte de la escuela/liceo. ▪ Una perspectiva m s cualitativa, donde los principales datos para la mejora, est n en los puntos de vista de los/as participantes (estudiantes y sus familias, docentes y asistentes de la Educaci n). ▪ La escuela es una instituci n din mica. ▪ Importa mucho m s la “cultura escolar” que la “estructura escolar”, para potenciar el desarrollo de la escuela/liceo. Sin embargo, es bueno no perder de vista que mejora no necesariamente es sin nimo de cam- bio. No todo cambio es hacia la mejora, pues el cambio puede o no conducir a mejorar una dimensión del ámbito educativo, mientras que la mejora necesariamente significa alcanzar un mejor estado al final del proceso. Finalmente, desde los aprendizajes de la mejora escolar, otros autores relevan los siguientes aprendizajes (Murillo Torrecilla, 2003; Bolívar, 2016; Spillane y Healey, 2010; Rinc n Gallardo y Fleish, 2016):

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