Dossier N°7 del programa de Estudios Comunitarios Latinoamericanos de la Universidad de Chile: COVID-19, feminismo decolonial y revueltas populares

B RAVO , J. V OCES Y AGENCIAS DEL ESTALLIDO SOCIAL : A NÁLISIS ONTOLÓGICO DE LA REVUELTA DEL 18 DE OCTUBRE amarillos, emulando a los manifestantes franceses, que representaban a la sociedad civil que estaba en contra del estallido social, surgió todo un bestiario dirigido a clasificar a los manifestantes como simios, horcos y otros seres salvajes, alejados del orden civilizatorio representado por los valores del neoliberalismo. Su argumento, las manifestaciones están cargadas de violencia y destruyen el espacio público y el orden social civilizador que se había logrado construir en el país desde el golpe militar de 1973. Cuando comenzaron a desplegarse las manifestaciones en Santiago, la capital del país, el 22 de octubre del 2019, se “liberó” un audio de la primera dama de la República, Cecilia Morel, quien desde la posición de la elite acomodada y beneficiada por el orden social chileno, dice: “Es como una invasión extranjera, alienígena, no sé cómo se dice, y no tenemos las herramientas para combatirlas”. Atribuyendo las manifestaciones a una otredad que considera alienígena, es decir fuera del mundo que ella conoce, relegada de la realidad de los privilegios, con lo cual se revela la alienación en la que está subsumida la clase alta, que carece de empatía y reconocimiento de la agencia real del otro. Hay una visión totalmente excluyente de la diferencia social, revelando una barrera difícil de traspasar para generar una real comprensión de las motivaciones de la rebelión. Se expresa la fractura social que permite que Chile sea el país que es. Cecilia Morel sentencia: "Vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás". Con lo cual asume un egoísmo histórico del estilo de vida acomodado, que ha traído dones a costa del perjuicio de la mayoría de los chilenos y chilenas. Las atribuciones del gobierno frente a las sucesivas protestas, expresadas a través de manifestaciones populares masivas, arte callejero, violencia política, la emergencia de una épica popular encarnada en la primera línea y una solidaridad comunitaria manifestada en las calles, correspondió primero a una criminalización de la protesta, manifestada en un robustecimiento de la capacidad represiva de la fuerza policial, quienes en su intento por mitigar a través de la violencia y violación de los derechos humanos, produjeron un encarcelamiento acrítico de los manifestantes y en la generación de la mayor cantidad de traumas oculares vistos en el mundo (500 personas aproximadamente perdieron uno de sus ojos productos del impacto de perdigones y bombas lacrimógenas directas en sus rostros, siendo dos casos de personas cegadas completamente como Gustavo Gatica y Fabiola Campillay). Estos casos azotaron fuertemente la sensibilidad de la subjetividad chilena, dado que Gustavo es un joven estudiante de psicología de 23 años que vive en Colina, quien se encontraba expresando su derecho a manifestarse en el centro de Santiago, cuando fue víctima de un disparo de balines directamente en su rostro. Fabiola, corresponde a una madre trabajadora que vive en San Bernardo, que estaba saliendo a ejercer sus labores en la empresa donde se desempeñaba, cuando fue impactada por una bomba lacrimógena. Con estos golpes a la población, se dañaba y mostraba un castigo a la juventud rebelde y a las mujeres madres. Ambos disparos fueron ejecutados por personal de carabinero, quienes hasta la fecha no han sido juzgados ni procesados. A partir de las redes sociales y medios de comunicación, comenzaron a circular los videos cuando se puede observar el contexto y el momento cuando Gustavo y Fabiola fueron cegados. 57

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