Dossier N°7 del programa de Estudios Comunitarios Latinoamericanos de la Universidad de Chile: COVID-19, feminismo decolonial y revueltas populares
Presentación del Dossier Desde los últimos 30 años se está trabajando la perspectiva Decolonial, la cual recientemente ha emergido en el quehacer de la Psicología comunitaria. Esta importante influencia del pensamiento filosófico, literario y social ha significado un giro teórico y práctico en la forma de entender la comunidad. En este sentido se comienza a abandonar definiciones abstractas y de cuño europeo, o al menos se tiene esa intensión, con el objetivo de volver a insertarse en América Latina, como un espacio históricamente propio de la disciplina, a modo de aterrizar y contextualizar la comunidad en la conflictiva dinámica de construcción de realidad presente en los actores sociales de esta parte del mundo. Y, lo que esta experiencia comienza a mostrar, es principalmente la lucha de las comunidades latinoamericanas por la transformación de la sociedad, en contra del poder, sea este colonial, oligárquico, autoritario, neoliberal e incluso seudo democrático. Lucha para terminar con la esclavitud, la opresión, la usurpación de tierras, la explotación, y, todo ello, en función de construir una sociedad libre, participativa, intercultural, plurinacional y basada en un sana convivencia. Esta línea de trabajo, presente igualmente en otras disciplinas, ha permitido poner el acento en lo colonial, lo decolonial y en la decolonialidad. Ello para decir que el abuso del poder sobre la comunidad, fue primeramente llevado a cabo por la fuerza, por la violencia, la que generó más violencia, produciendo una realidad permanentemente inundada de conflictos. Por ello el poder avanza paralelamente por medio de la colonización de la subjetividad, es decir, convencer a la comunidad que el modelo de sociedad desigual, racista y discriminador es parte de la naturaleza humana, que no hay otro camino para triunfar que no sea el esfuerzo individual para lograr ascender a mejores estándares de bienestar, calidad de vida y éxito social. Cuando hablamos de la colonización de la subjetividad, dicho en breve, es la instalación en nuestro pensamiento de un imaginario que selectivamente diseña una forma de vida y todo un universo social que es de carácter único, escasamente modificable y particularmente conservador, no dejando espacio para otros mundos posibles. Por ello, el concepto de decolonialidad refiere, entre otras cosas, a la liberación de nuestra subjetividad, quebrando ese imaginario impuesto y permitiendo comenzar a ver el mundo desde otras subjetividades. Así, el planteamiento de la transformación social es subjetivo, pero es igualmente concreto, es decir, observar que ya no somos los mismos, es comenzar a vivir de otra manera, en la práctica. En este contexto crítico de la realidad latinoamericana, en el cual estamos viviendo actualmente, es que se ha explicitado y exigido más, realizar cambios sociales en torno al feminismo, el medio ambiente, mayor participación de los pueblos originarios y la diversidad sexual. Si bien son reivindicaciones históricas, caben dentro de lo que podríamos denominar nuevos movimientos sociales, precisamente por el tema de la decolonialidad, por cuanto son demandas que van más allá de lo económico y de la 3
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