¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza
84 PRIMERA PARTE E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A CAPÍTULO IV La enseñanza en l as escue l as e f ec t i vas es necesario, inicialmente, sentar ciertos conocimientos o principios fundamentales en todo el grupo. Existen ciertos dispositivos institucionales que favorecen esta forma de trabajo. Los docentes deben sentir la libertad para probar diversas estrategias metodológicas. De manera opuesta, una dirección técnico-pedagógica rígida no favorece la exploración de los maestros y transforma el estilo didáctico en un asunto burocrático. En muchas escuelas existen sistemas de evaluación externa para los alumnos, se hace un uso educativo del SIMCE o se observan clases, todo lo cual les permite identificar a los profesores que están obteniendo mejores logros en determinadas asignaturas o materias. Estos maestros se convierten en tutores de sus pares en esas áreas y enseñan a sus colegas las metodologías que han demostrado ser efectivas. En otras escuelas, cuando un docente aprende una nueva metodología (en cursos de perfeccionamiento, pasantías, etc.) se le encarga enseñarla a los demás profesores. Todos estos mecanismos permiten que los docentes amplíen su repertorio metodológico y mantengan una actitud abierta hacia la innovación. En la mayoría de las escuelas el número de estudiantes por curso es cercano al promedio nacional. En aquellas donde es muy bajo, se agrega la complicación de ser aulas multigrado, de manera que, para todos los docentes, la heterogeneidad de alumnos que comparten la clase es un desafío mayor. Sin embargo, el criterio rector de esta práctica pedagógica es acercarse lo más posible al seguimiento personalizado de los avances y problemas de cada alumno. Esta es otra poderosa razón para utilizar diversos métodos de enseñanza y aprendizaje. Dado que en cada aula conviven alumnos con mayores y menores habilidades o velocidades de aprendizaje, los docentes intentan un tratamiento diferenciado a partir de metodologías adaptables (como los proyectos, guías, trabajos en equipo, exposiciones de los alumnos, etc.). Los estudiantes más adelantados reciben guías más difíciles y hacen evaluaciones con mayor exigencia; también se les asigna como monitores de compañeros en desventaja o se crean comités de cada disciplina académica donde los mejores alumnos enseñan a los más lentos. Sin embargo, la adaptación es mucho mayor para los alumnos que presentan dificultades de aprendizaje (llegando al extremo de que en varias escuelas existen proyectos de integración para niños con necesidades educativas especiales). Los profesores atienden las preguntas de los alumnos más lentos y los supervisan especialmente en clases; muchas veces cuentan con monitores o auxiliares de salas que se encargan de acompañarlos (dichos monitores pueden ser paradocentes, otros alumnos o incluso apoderados), los alumnos con más dificultades reciben tiempo extra de instrucción, mediante clases de reforzamiento y estudio acompañado; también se flexibiliza el momento de evaluación concediéndoles plazos mayores para alcanzar los mismos objetivos. En muchas escuelas se organizan actividades específicas de apoyo a los padres para que éstos ayuden a sus hijos y se comprometan con el colegio para sacarlos adelante. En los casos de extrema dificultad, las escuelas utilizan métodos de trabajo aún más especializados, como grupos diferenciales o apoyo de otros profesionales (sicopedagógos, sicólogos, fonoaudiólogos). En las escuelas estudiadas no se encontró un criterio único respecto a la práctica de agrupar a los alumnos con similares o diferentes capacidades. En algunas escuelas, al interior de sus aulas o entre diferentes cursos de un mismo grado, los alumnos son agrupados buscando que entre ellos exista la menor heterogeneidad posible. Quienes así trabajan argumentan que esto permite al docente una labor más especializada y eficiente, tanto para potenciar y no limitar a los alumnos más aventajados como para atender más concentradamente los problemas que están experimentando los alumnos más lentos. En la mayoría de las escuelas, por el contrario, los docentes procuran agrupar a los alumnos de forma heterogénea, haciendo trabajar y estudiar juntos a alumnos de diferentes niveles y capacidades de aprendizaje. En estas escuelas se estimula el aprendizaje cooperativo, se
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