¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza
E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A CAPÍTULO I I I Ges t i ón i ns t i t uc i ona l y pedagóg i ca en l as escue l as e f ec t i vas 72 PRIMERA PARTE c. Aporte de recursos de los padres para mejorar la infraestructura y equipamiento de la escuela El apoyo con recursos es una de las formas más tradicionales de participación de las familias en la educación de sus hijos. Las experiencias analizadas dan cuenta de las diferentes acciones en que, a través del centro de padres y del curso, se colabora con recursos monetarios, tiempo, materiales para la habilitación y mantención de salas, actualización del equipamiento, cuidado de patio y canchas, etc. Para los padres, esta ayuda económica es natural, forma parte de su responsabilidad y es una manera de devolver a la escuela lo que ésta les ha entregado. Es relevante mencionar que en casi todas las escuelas funciona un centro de padres; aunque no se visualiza una participación activa de éstos en la gestión de la escuela, su rol principal consiste en comunicar a la dirección con los subcentros o con la asamblea de apoderados, y recaudar fondos en beneficio del establecimiento. Los padres tienen un alto compromiso y confían en la escuela pero le exigen poco. Las demandas fluyen más bien desde la escuela hacia los padres. d. Informar regularmente y por distintas vías a los padres Se informa de modo permanente y por diferentes canales a los padres. Profesores y directivos los hacen partícipes del proyecto educativo. Por lo general, están al tanto de los diferentes programas e iniciativas que se están desarrollando, cuáles son sus objetivos y cómo pueden involucrarse. Cada cierto tiempo, los directivos dan cuenta de los resultados obtenidos, ya sea al centro de padres –que difunde a la comunidad de apoderados–, o directamente en asambleas generales. Es interesante destacar que, para comunicarse, las escuelas han readecuado sus instancias de relación y diálogo con las familias. Dado que parte importante de los padres cumple extensas jornadas laborales y un porcentaje significativo cuenta con baja escolaridad, han dispuesto variados canales de comunicación según su realidad. La reunión de apoderados tradicional es sólo una de las maneras en que los apoderados son informados, utilizando en forma paralela entrevistas personales, llamados telefónicos, notas, diarios murales, etc. En resumen, es posible afirmar que estas escuelas tienen una postura y han construido explícitamente una relación con las familias de sus alumnos, una alianza que en ninguno de los casos se define como fácil de desarrollar. Se trata de un proceso gradual con algunos hitos significativos: • Para lograr que padres y madres se acerquen a la escuela es necesario demostrarles con hechos concretos el interés de que esto ocurra. Los apoderados son bien recibidos, sus directivos están disponibles. Muchas de las escuelas estudiadas demuestran que estas actitudes de respeto, acogida y disponibilidad a responder inquietudes y escuchar sugerencias han sido decisivas para que las familias se acerquen y comprometan. La preocupación personalizada por el niño y su familia, especialmente cuando pasan por situaciones difíciles, fortalece la valoración que los padres hacen del establecimiento y la confianza que depositan. También contribuyen las oportunidades de formación y capacitación para padres que se ofrecen y el hecho de que la realidad local –habitantes, geografía, sistema productivo– estén presentes en el aula. Adicionalmente, las escuelas informan en forma permanente y por diferentes medios a los padres. • La mayor cercanía e interacción entre profesores y apoderados lleva a replantear la visión de los primeros sobre
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