¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza

E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A CAPÍTULO I I I Ges t i ón i ns t i t uc i ona l y pedagóg i ca en l as escue l as e f ec t i vas 64 PRIMERA PARTE existen pero no se encuentran formalizados y la división del trabajo es distinta pues todas las personas tienden a cumplir varias funciones. 5. Escuelas que han aprendido a manejar la heterogeneidad de sus alumnos La atención de estas escuelas está puesta en lograr el aprendizaje de todos y, por esto, manejan la diversidad de alumnos y los diferentes ritmos en que éstos aprenden con estrategias institucionales y pedagógicas especialmente diseñadas para ello. Los alumnos con problemas son tratados diferenciadamente, pero al mismo tiempo integrados en las actividades generales. Esto es una constante, aunque se aborda de maneras distintas. En algunas escuelas se hace a través de proyectos de integración, en otras, por medio de un apoyo especializado y en otras, a través de un importante trabajo de reforzamiento con los niños y niñas que presentan problemas de aprendizaje (incluso integrando a los padres en este proceso). Lo central es que las diferencias entre los alumnos son reconocidas y asumidas como una realidad y que, tanto la escuela como los profesores, las consideran al planificar y desarrollar sus actividades y tareas. Una de las estrategias utilizadas por los docentes, que grafica esta planificación particularizada, es el uso intenso de guías de trabajo con distintos grados de dificultad. Para esto, las escuelas y los profesores, cada cierto tiempo, efectúan diagnósticos de los aprendizajes de cada niño para tener claridad sobre cómo enfocar una enseñanza que responda a esas diferencias. Estas escuelas han aprendido que los talentos y condiciones que favorecen el aprendizaje son disímiles entre los niños. También han aprendido que para responder adecuadamente a esta heterogeneidad es indispensable conocer la realidad de cada uno de los alumnos, pues, sólo de esa manera, es posible adecuar los procesos de enseñanza a las características particulares de los educandos. Muchos de los profesores recogen constantemente, desde los niños, información sobre su situación familiar, sus problemas, sus intereses y expectativas, porque saben que, finalmente, lo que enseñan y hacen debe responder e incorporar, en alguna medida, esos elementos para lograr aprendizajes verdaderamente significativos. La preocupación por las diferentes características y capacidades de los alumnos es un elemento que cruza todos los niveles de las escuelas y que las organiza para responder de buena manera a estas diferencias. En varios casos, esto se traduce en que los cursos de un mismo nivel se estructuren según las capacidades de los niños, dejando a los alumnos con mejores resultados en un mismo curso. 4 Concordantemente, la idea de manejar la heterogeneidad también llega al aula, donde los docentes aplican estrategias diferenciadas según el tipo de alumno (veáse Capítulo IV). 6. Escuelas con reglas claras y manejo explícito de la disciplina Una impresión generalizada de las visitas a las escuelas fue el descubrimiento de ambientes tranquilos, de orden y limpieza, muchas veces en contextos de escasez de recursos y condiciones complejas de funcionamiento. El clima que se respira es de tranquilidad, se cumplen los horarios, el uso del uniforme, las filas para entrar a clase y otros reglamentos comunes, revelando un muy buen manejo del orden y la disciplina. Se destinan importantes esfuerzos a fomentar la disciplina, pues ven en ésta una condición indispensable para que los niños puedan aprender ( disciplina para el aprendizaje ). Por lo mismo, las escuelas, sin excepción, cuentan con políticas y normas respecto a las conductas admitidas y no 4 En la muestra de 14 escuelas, cinco cuentan con cursos paralelos en 8º y 4º básico. En tres de ellas, los puntajes SIMCE varían bastante entre los dos, tres o cuatro cursos de 4º como de 8º básico.

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