¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza
28 PRIMERA PARTE E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A CAPÍTULO I Ca l i dad , equ i dad de l a educac i ón y escue l as e f ec t i vas Para Slavin, las distintas categorías se entrecruzan y determinan entre ellas. Todas deben ser adecuadas para que la enseñanza sea efectiva. “Los estudiantes no aprenderán una lección si no cuentan con las destrezas e información previas necesarias, si no están motivados o si no cuentan con el tiempo suficiente para aprender la lección, aunque la calidad de la instrucción sea elevada. Por otra parte, si la calidad de la instrucción es baja, cuánto sepan los estudiantes, cuán motivados estén o con cuánto tiempo cuentan deja de tener importancia. Cada uno de los elementos del modelo CAIT es como el eslabón de una cadena y ésta solo es tan fuerte como su eslabón más débil. De hecho, podría formularse la hipótesis de que los cuatro elementos están relacionados en forma multiplicadora, en el sentido de que los progresos en los múltiples elementos pueden producir mayores logros en el aprendizaje que el mejoramiento en sólo uno de ellos” (Slavin 1996, p 4). Escuelas efectivas, padres y apoderados Hay otra dimensión que es mencionada como elemento de una escuela efectiva: el compromiso apropiado y productivo de las familias. Los hallazgos de los estudios sobre escuelas efectivas son concluyentes en torno a la importancia de elementos como los siguientes: incorporación de los padres, moderar influencias negativas, alentar interacciones productivas, estimular a los padres a colaborar en la formación de sus hijos y a que visiten la escuela. Como queda claro en estas afirmaciones, los estudios concluyen en orientaciones muy diferentes en cuanto a la incorporación de padres y apoderados: en algunos casos se trata de una aproximación que, simplificadamente, podríamos llamar de contención (limitar efectos negativos), mientras en otros es de colaboración (buscar apoyos para el proceso de aprendizaje de los niños). De esta forma, la relación de la escuela con los padres y apoderados es una dimensión mucho menos trabajada y elaborada en los estudios que las dimensiones de gestión institucional y pedagógica y trabajo en el aula. Un estudioso del tema señala “ningún tópico sobre mejoramiento de la escuela ha generado más retórica que el compromiso de los padres ” (Epstein, 2001). De una situación a otra varía enormemente lo que se entiende por participación de los padres, el fin que se busca con ésta, las esferas e instancias relevantes que abre el establecimiento y la respuesta de los padres a estas iniciativas. Martiniello (1999) recuerda que “ aunque en el actual debate de reforma educativa existe consenso acerca de la importancia de la participación de los padres en la educación de sus hijos, no siempre es claro en qué consiste esta participación y de qué forma se relaciona con el rendimiento académico de los estudiantes”. Agrega que el término se usa de manera amplia incluyendo una variedad de conductas, prácticas, funciones y roles. El autor delimita cuatro categorías de participación de los padres y plantea la responsabilidad de la escuela en hacer posible cada una de ellas, en particular la segunda y la cuarta, cuando el tema alude a la efectividad escolar. Éstas son: • en la crianza - socialización del niño: crianza, cuidado y protección de sus hijos (salud, nutrición, desarrollo sicosocial) y provisión de las condiciones que permitan que asista a la escuela (inscripción, matrícula, alimentación, vestimenta y pagos asociados). • como agente educativo complementario a la escuela: refuerzo al proceso de aprendizaje de la escuela, supervisión y ayuda en las tareas y deberes escolares. • como agente de apoyo instrumental a la escuela: contribución en dinero, tiempo, trabajo y materiales, lo que incrementa la cantidad de recursos o insumos disponibles para la escuela, posibilitando mejorar sus servicios. • como agente que tiene poder de decisión en la escuela: participación en consejos escolares y directivos, y en las decisiones de políticas para la escuela; puede mejorar
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