¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza
SEGUNDA PARTE 259 E S C U E L A D E C U LT U R A Y D I F U S I Ó N A R T Í S T I C A L A U N I Ó N Los temas valóricos tratados durante la sesión son varios, dando la sensación de que la clase del mundo narrativo correspondía a un tema secundario. Sin embargo, a la hora de redactar sus expectativas de vida los niños lograron una gran creatividad en sus textos (algunos incluso en forma de verso) y, al mismo tiempo, demostraron una gran madurez en cuanto a lo que son sus expectativas de vida. La clase se desarrolló dentro de un ambiente grato y disciplinado y los alumnos no se mostraron en ningún caso cohibidos para expresar sus sentimientos y expectativas. La participación de los alumnos fue amplia y se produjo dentro de un marco de estricto respeto; solo podían hablar si levantaban su mano y se dirigían a toda la clase. La generación de instancias en donde el respeto es un valor fundamental es un ejemplo concreto a través del cual se evidencia la importancia que le otorgan los docentes al ámbito valórico. La mayoría de las clases se realizaron en un ambiente de mucha deferencia, no solo hacia los docentes sino también entre los mismos compañeros: “ el saber escuchar es un aspecto que nosotros valoramos mucho, que aprendan a escuchar a sus compañeros” dice una profesora. Importancia de la afectuosidad y de los refuerzos positivos En las clases observadas en 2º básico destaca la tonalidad afectiva de los docentes hacia los alumnos y viceversa. La mayoría de los niños al llegar y salir del aula saluda y abraza a la profesora. También es notoria la presencia de continuos refuerzos positivos a los niños, sobre todo cuando se atreven a participar y a opinar en clases. Cuando se equivocan, los profesores tienden a poner en común los errores para resolverlos entre todos. Es notable el deliberado fomento a la cooperación entre compañeros observada en este nivel. Frecuentemente, fue posible distinguir conductas solidarias en forma espontánea, los niños se explicaban dudas entre ellos, compartían sus materiales, etc. Durante una clase de lenguaje de 7º básico, pudo observarse una actitud de respeto y acogida a los sentimientos del otro mientras cada cual leía frente al curso un relato acerca de los sueños y anhelos personales: “deseo cuando grande ser médico, porque me gusta y cuando lo logre ayudaré a mis padres que se han sacrificado por mí. Quiero casarme y tener varios hijos y tener una casa grande”. Los textos elaborados y leídos en voz alta evidenciaron una gran apertura a mostrar sentimientos y pensamientos, algo que solo es posible en un ambiente de confianza y afectividad como el descrito. En la clase de matemáticas de 7º básico se pudo observar un ambiente de mucha confianza, donde los alumnos actuaban de forma espontánea. Por ejemplo, un grupo de niñas, a pesar de no saber hacer correctamente los ejercicios dados por el docente, mostraron interés por desarrollarlos en la pizarra. El no manejar ciertos contenidos nunca fue sinónimo de baja participación de los niños. Este ambiente de confianza percibido en las clases es destacado por la orientadora como uno de los aspectos relevantes que contribuye a una mejor enseñanza de los alumnos: “Si tú no tienes una buena comunicación con tus alumnos, una buena receptividad de ellos, puedes estar hablándoles 20 mil cosas y si no llegas a ellos, o ellos no tienen confianza en ti, lo que tú les enseñes no les va a llegar. Yo lo logro diciéndoles: niños, yo también fui alumna igual que ustedes, a mí también me gustó pololear. Con eso, a uno le agarran confianza, se dan cuenta que uno no es diferente a ellos, que uno vivió lo mismo que ellos”. Lo ideal, en su opinión, es que los profesores puedan transmitir mensajes subliminales que incorporen valores como la confianza, el respeto y el esfuerzo, a través de las diversas conversaciones que mantienen con sus alumnos. Esto se estaría logrando con bastante éxito en esta escuela. Por otra parte, la afectuosidad en el aula es fundamental para explicar los buenos resultados. El recoger los sentimientos y las necesidades de sus alumnos es significativamente importante al momento de evaluar los factores de éxito: “a los niños se les está incentivando constantemente, porque después de cada actividad ellos se autoevalúan para ver si lo están haciendo bien o no. Además, ellos
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