¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza
E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A Escuela E-138 Emi l ia Romagna 244 SEGUNDA PARTE Es importante señalar que esta falta de participación no está asociada a un bajo nivel de compromiso o confianza de los padres con la escuela. Por el contrario, los padres confían demasiado y ceden casi completamente su responsabilidad educativa, lo que, acompañado a sus condiciones de extrema vulnerabilidad, redunda en bajos niveles de participación en las actividades del establecimiento. Entre los padres existe un reconocimiento generalizado hacia el trabajo de calidad que realiza la escuela con sus hijos. De hecho, fue imposible conseguir opiniones sobre los aspectos negativos, probablemente porque no perciben ninguno. Esto ha sido un arma de doble filo porque, por un lado, la confianza incondicional de los padres facilita el trabajo pero, por otro lado, impide que se involucren verdaderamente en la educación de sus hijos. Para responder a esta tendencia, la escuela está continuamente generando actividades para comprometer y fomentar su participación. Últimamente se han logrado mejores resultados debido a la amplia gama de talleres concebidos como puente con los padres (peluquería, guitarra, computación, artesanía y aeróbica, entre otras actividades): “ Estamos logrando que los padres contribuyan a mejorar la educación que le entregamos a los niños. Por eso creo que el apoyo de los padres hoy es una fortaleza de la escuela, porque va en alza”. Desde la comunidad A pesar de la falta de participación de los padres, la escuela ha logrado generar y mantener un vínculo muy favorable con su entorno comunitario a través de las mismas actividades y talleres que se ofrecen a los apoderados. 1 Por otra parte, la comunidad integra a la escuela en sus actividades, sobre todo porque saben que los alumnos tienen muy buen desempeño en las tareas extraescolares. Este punto es recalcado por los docentes y apoderados, pues “es otro ejemplo claro de que la ex escuela ha cambiado, ya no es la escuela pobre y picante que todos conocían y que miraban en menos, sino es una escuela que se destaca, que presenta números artísticos de calidad, las niñitas se lucen en el teatro”. Una escuela que cree en el futuro de sus alumnos Tal como lo señalan los profesores, una de las claves del éxito educativo de la escuela radica en la confianza y el convencimiento de que es posible entregar a los niños una educación de calidad, y los datos así lo confirman: actualmente más del 90% de los alumnos que egresa de esta escuela continúa estudiando, a diferencia de una década atrás, cuando menos de la mitad lograba seguir a enseñanza media. El equipo que conforma esta escuela no solo cree y confía en la calidad de su trabajo sino también en las capacidades de sus alumnos. Por ello, dentro o fuera de clases, siempre refuerzan la idea de que es indispensable tener metas en la vida, que si se lo proponen pueden llegar donde quieran y que su condición de pobreza no puede ser vista como una limitante o un obstáculo para surgir en la vida. Y esta confianza ha podido ser traspasada a los alumnos: “nos han hecho darnos cuenta de que podemos ser profesionales si tenemos ganas de hacerlo”, dice un estudiante. Por su parte, los padres y apoderados depositan una fuerte confianza en la escuela acompañada por expectativas muy alentadoras sobre el futuro de sus hijos. Creen altamente probable que los niños podrán acceder a mejores condiciones de vida que las suyas. 1 Esta diferencia podría explicarse porque los apoderados de la escuela forman parte de la población más pobre de la comuna de Traiguén, lo que merma su potencial de participación en comparación con la comunidad en general.
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