¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza
20 PRIMERA PARTE E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A CAPÍTULO I Ca l i dad , equ i dad de l a educac i ón y escue l as e f ec t i vas El problema es muy relevante y ha sido objetivo de la política educacional chilena en la década del noventa. Las políticas emprendidas han abarcado múltiples aspectos y dimensiones de la labor educativa: mejoramiento y ampliación de la infraestructura física y materiales didácticos, acciones de desarrollo profesional docente, extensión de la jornada escolar, programas de mejoramiento educativo generales y focalizados, incorporación de tecnología de la información y comunicación, redefinición del marco curricular, fortalecimiento de la educación descentralizada y de la autonomía escolar, y perfeccionamiento de instrumentos y pruebas que, alineados con el nuevo currículum, miden los resultados de aprendizaje. 2 Las iniciativas emprendidas en los años noventa han cambiado el rostro de las escuelas en múltiples aspectos que no corresponde resumir acá, 3 y han dejado importantes lecciones entre las cuales resalta la siguiente: abordar productivamente el tema de los aprendizajes es mucho más complejo de lo que se suponía, requiriendo de una mirada sistémica de las unidades educativas que reconozca y considere los actores o agentes presentes en ellas, en particular las interacciones entre profesor y alumnos en el aula, y entre docentes, directivos y alumnos en la unidad educativa. 4 Entonces, la pregunta fundamental es cómo elevar lo que se denomina efecto escuela por sobre las influencias de los contextos externos (familiares o sociales), mediante la acción efectiva de la institución escolar y prácticas de enseñanza eficaces de cada profesor en el aula. Esta pregunta traslada la atención a lo que, en la literatura especializada, se ha llamado escuelas efectivas o eficacia escolar . Los expertos concuerdan en que la multiplicación de estudios en esta área ha entregado importantes pistas, pero que “falta por saber mucho más de lo que se ha aprendido” (Murillo, 2003, pp. 55 y 85). Sin embargo, la investigación en Latinoamérica y Chile es poca y dispersa, por lo que no se ha logrado un avance sistemático y acumulativo en el conocimiento (Martinic y Pardo, 2003 a y b). A continuación, se entrega una breve reseña de los elementos centrales de esta literatura, con el propósito de enmarcar nuestro estudio en este conocimiento acumulado. 1. ¿Qué es una escuela efectiva o eficaz? La escuela eficaz es aquella “ que promueve de forma duradera el desarrollo integral de todos y cada uno de sus alumnos más allá de lo que sería previsible teniendo en cuenta su rendimiento inicial y su situación social, cultural y económica ” (Murillo, 2003, p. 54). Según el mismo autor, las escuelas efectivas se definen por tres principios claves: • Equidad: para ser eficaz se debe favorecer el desarrollo de todos y cada uno de sus alumnos, lo que significa que eficacia y equidad son mutuamente necesarias. • Valor agregado: la escuela es eficaz si los resultados que obtiene con sus estudiantes son mayores que los de escuelas con características similares o, en otras palabras, si sus estudiantes progresan más que lo esperable dada las características socioeconómicas y culturales de su familia. • Desarrollo integral del alumno: la escuela eficaz, además de buenos resultados en lenguaje y matemáticas, se preocupa de su formación en valores, bienestar y satisfacción, desarrolla toda la personalidad de los alumnos. 2 Gajardo (1999) analiza las políticas educativas en la región. Entre 13 países incluidos en su análisis, Chile es el único que tiene políticas en cada uno de los siete ámbitos generales considerados en este estudio. 3 Entre otros, ver Belleï (2002), García-Huidobro, ed., (1999), Belleï y Mena (1998). 4 Del conjunto de las políticas aplicadas, las de carácter focalizado (que son más integrales e incluyen un trabajo directo con directores, maestros, alumnos y a veces apoderados) han tenido una evaluación más favorable. Sobre el Programa de las 900 Escuelas, véase Santiago Consultores y Asesorías para el Desarrollo (2000), Carnoy y McEwan (1998).
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