¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza
E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A Escuela de Niñas Ar turo Prat Chacón E-831 234 SEGUNDA PARTE Así también, tiene un trato muy cercano y directo con las alumnas, lo que le permite conocer a fondo algunas situaciones con respecto a las niñas y sus familias, y reconocer el esfuerzo que ponen en lo académico o en actividades extra programáticas. Es muy común ver a la directora en su oficina conversando con alguna niña. Un esfuerzo por mejorar las prácticas pedagógicas La introducción de algunos cambios ha contribuido sustantivamente a que esta escuela mantenga sus buenos resultados, aunque los profesores dicen que “acá no hacemos ninguna maravilla en las clases. No inventamos nada nuevo y ocupamos los materiales y los libros que el ministerio nos entrega. Yo creo que la clave está en pasar bien los contenidos y ponerle el mayor empeño posible a lo que hacemos”. De la observación de clases destacan los siguientes elementos: Reforzamiento La escuela realiza un muy buen trabajo de reforzamiento con las alumnas que presentan problemas de rendimiento. En esto ha cumplido un rol fundamental la aplicación del Programa de Reforzamiento Educativo del Ministerio de Educación, que ha trabajado con 120 niñas con mayor vulnerabilidad pedagógica, distribuidas en ocho grupos, dos horas semanales. Este programa se orienta al trabajo con alumnas en asignaturas determinadas. En el caso de las más pequeñas, además se realiza un fuerte trabajo con los padres, quienes reciben clases con el objeto de hacerlos parte del proceso educativo de sus hijas. Según los docentes, esto impacta directamente en el buen rendimiento, pues se logra equiparar el dominio de conocimientos y las niñas pueden avanzar con menos dificultad. Además, la escuela cuenta con una educadora diferencial quien apoya directamente a las alumnas y coordina con las profesoras los criterios de evaluación en el caso de niñas con dificultades de aprendizaje. “Cuando hay algunos niños a los que les cuesta más, los profesores se preocupan de ese grupito de estudiantes, les hacen clase aparte para que se integren con los niños buenos. Los profesores son un apoyo grande para uno porque muchas veces no tenemos los recursos económicos como para pagar un profesor que les haga clases particulares a las niñas”, relatan los apoderados. Y agregan: “En mi curso por ejemplo, hay apoderados que son muy mayores, hace mucho tiempo que dejaron de estudiar, y no se acuerdan cómo dividir o multiplicar. Como la enseñanza ya no es igual que antes, la profesora dio la posibilidad de que los que tenían problemas para enseñar a sus hijas vinieran un día de la semana y ella les hacía clases. Hay varios apoderados que vienen un día a la semana a participar de esas clases. La profesora se da el tiempo para explicarte a ti para que le enseñes a tu hija”. El aprendizaje significativo en el aula Tal como lo plantean la misión y la visión de la escuela, en las clases se utiliza un enfoque constructivista, es decir, las profesoras intentan generar aprendizajes significativos desde el propio conocimiento de las alumnas. En concreto, recogen los intereses del curso a través de una conversación permanente y organizan las actividades de acuerdo a esas inquietudes. “No se debe subestimar el conocimiento y la capacidad intelectual de los niños porque en realidad ellos elaboran a diario conceptos súper complejos, y la misión del profesor ahí es expandir y aprovechar los conocimientos de los niños”, opina una docente. Una profesora de educación básica ejemplifica esta forma de trabajo: “generalmente, ellas plantean los temas sobre los que quieren saber. Una vez una alumna contó que su gata había tenido gatitos, y como no todos los niños saben cómo nacen los animales, surgió la idea
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