¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza
E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A Escuela Básica República de Grecia E-577 218 SEGUNDA PARTE Enfrentando el Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (SIMCE) El SIMCE fue un tema de reflexión en el proceso de cambios vivido por la escuela. La jefa de la UTP explica que en 4º básico se especializan en matemáticas y lenguaje, destinan un buen profesor de la asignatura para el curso que rinde la prueba y hacen ensayos. Los profesores opinan que una dificultad del SIMCE es su formato: los niños no saben contestar ese tipo de prueba, por lo cual “cada uno empezó a buscar ensayos de pruebas tipo SIMCE en los colegios particulares; una vez al mes les hacíamos prueba e intentábamos hacer nuestras evaluaciones con el mismo formato. A los 4ºs y 8ºs se les hace reforzamiento los sábados como dos meses antes de rendir el SIMCE”. Trabajo con apoderados En este proceso de cambios, se toma conciencia de la necesidad de integrar a los padres y apoderados para mejorar los aprendizajes de los alumnos. Se intenta superar el prejuicio en los docentes acerca de los padres como una causa perdida en la ayuda y colaboración escolar, recelo justificable si se observa el tipo de conflictos familiares que deben manejar (violencia intrafamiliar, abuso sexual, escasez de recursos, viviendas insuficientes, entre otras). Pese a lo anterior, la dirección y los profesores intentan que los padres sean un pilar de apoyo en la educación de sus hijos. Hasta hoy, los docentes no parecen muy convencidos del éxito de esta iniciativa pues creen que los problemas sociales son muy fuertes como para cambiarlos. Sin embargo, medidas como la exigencia de colaboración en el proceso educativo (los padres deben firmar un compromiso al momento de matricular al hijo, el cual los obliga a asistir a la escuela cuando se les cita o, de lo contrario, se suspende al alumno), han logrado una mayor participación con respecto a las actividades de los niños, especialmente en los talleres extraescolares, actividades deportivas, baile griego y teatro. Los espacios de colaboración también se han ampliado hacia el área pedagógica, abriendo las puertas del aula para ellos. Así, por ejemplo, un 2º básico cuenta con la ayuda de una asistente mamá que ayuda en lo que la profesora y los niños requieran. No obstante, el apoyo y la participación de los padres en las tareas y actividades escolares de sus hijos aún es baja, como lo señalan los propios apoderados: “participamos los mismos de siempre” o “existen apoderados que matriculan a sus hijos y desaparecen”. En la entrevista grupal, los padres dicen que su apoyo es bajo, se limita a la compra de materiales o útiles escolares, justificar formalmente las inasistencias de sus hijos, preocuparse de que asistan regularmente a la escuela, ir a reuniones de curso o a citaciones del profesor. III. Factores del Éxito El director asume la bandera de cambio Uno de los factores que explica los buenos resultados académicos de la escuela es la figura del director. Sus rasgos personales y su gestión lo convierten en un líder muy admirado por alumnos, profesores, padres y apoderados. Es una persona atenta a la realidad social y a las necesidades de su establecimiento, con una iniciativa constante por buscar redes de apoyo, proyectos o generar cambios administrativos que permitan su satisfacción y mejoramiento educativo. Un ejemplo claro de ello es el contacto realizado con diversas organizaciones, entre ellas, las fundaciones Mustaki y Onassis de Grecia, las cuales poseen un alto grado de significación e impacto para la escuela. La Fundación Onassis fue contactada por medio de
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