¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza
SEGUNDA PARTE 185 E S C U E L A B Á S I C A R U R A L F - 9 3 1 A G U A D A D E C U E L L O S Á N G E L E S I. Historia y Entorno La Escuela Aguada de Cuel se encuentra ubicada a 16 kilómetros de la ciudad de Los Ángeles, VIII Región. Llegar hasta ahí no es tarea fácil ya que no existe locomoción directa; es necesario bajarse en la carretera y caminar 800 metros por camino de tierra, como lo hacen cuatro de las cinco profesoras de la escuela. La mayoría de los niños, por el contrario, vive hacia el interior y es común que, incluso los más pequeños, caminen diariamente varios kilómetros para poder estudiar en el mismo establecimiento en donde lo hicieron sus padres y abuelos. Pese al esfuerzo y cariño con que se conserva esta tradición, no existe mayor información respecto a la historia de la escuela. Se sabe que fue fundada hace más de 40 años y que, antes de su actual ubicación, cambió de dirección dos o tres veces, porque se instalaba en terrenos particulares cedidos temporalmente. En 1966, gracias a la donación de una hectárea al Ministerio de Educación, se levanta el actual edificio. Hasta 1981, el establecimiento funcionó bajo la administración directa del Ministerio de Educación. A partir de esa fecha, la escuela es traspasada a la Municipalidad de Los Ángeles, dependiendo administrativamente hasta hoy de la Corporación Municipal. En 1986, asume el actual director, luego de la jubilación del anterior. En esa época, la escuela contaba con alrededor de 300 alumnos y 10 profesores. Desde entonces, la matrícula ha decaído sostenidamente y, en estos momentos, tiene sólo 96 alumnos concentrados en los cursos superiores (en 7º básico hay 19 estudiantes, en 1º básico hay sólo 8). Esta pirámide invertida grafica la principal amenaza a la subsistencia de la escuela pues, de no revertirse, el bajo número de alumnos no justificaría su continuidad. En su intento por entender la caída de la matrícula, el director ha revisado los registros estadísticos del municipio apreciando una baja cantidad de niños menores de 5 años en el sector, ya sea por un descenso en la natalidad o por migración de los jóvenes a la ciudad. Los profesores agregan que la instalación de un colegio particular subvencionado en las cercanías ha contribuido en la baja de postulantes porque, pese a que no contaría con un buen desempeño ni académico ni disciplinario, compite ventajosamente al ofrecer internado, servicio de transporte gratuito a los estudiantes y/o donación de los útiles escolares. Debido al rigor climático de la zona en invierno y a las distancias involucradas, sólo algunos padres leales a la escuela y al equipo docente han optado por mantener a sus niños en ella. Su adhesión se basa, en buena parte, en que perciben al establecimiento como un refugio donde los niños son bien cuidados, queridos, estimulados y donde aún se mantienen los valores de respeto, esfuerzo y convivencia que ellos rescatan como propios del mundo rural, a diferencia del internado, donde lo s niños de ciudad (de extracción marginal) le enseñan mañas a los niños de La Aguada. Sin embargo, la interrogante sobre el futuro de la escuela es el telón de fondo sobre el cual se despliegan los esfuerzos que se describen a continuación; las profesoras saben que de mantenerse la tendencia decreciente en la matrícula, el colegio deberá cerrar sus puertas como ya lo han hecho otros establecimientos rurales. Infraestructura y equipamiento La escuela está situada en un gran terreno lleno de flores silvestres, gallinas y antiguos castaños que dan sombra a las salas. Cuando los niños trabajan en silencio se escucha el rumor del viento en un bosque de eucaliptos cercano. Además del edificio escolar, en el terreno se ubica la casa del director. El amplio espacio da cabida a tres canchas deportivas con pisos de tierra y pasto (basquetbol, voleibol y fútbol), por lo que la
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