¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza

E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A Escuela Básica Repúbl ica de Grecia F-114 158 SEGUNDA PARTE Otro factor del buen clima es el tipo de relaciones que se entablan al interior del establecimiento. Tanto los docentes como la directora se sienten en familia, todo se conversa entre profesores, alumnos y apoderados; “hay confianza pero no se pierde el respeto, los profesores son relajados, pero siguen siendo los profesores” , señalan ellos mismos. El trato en el equipo es amable, cortés y familiar, lo cual, además de ser un elemento necesario para desarrollar de manera agradable el trabajo diario, es un ejemplo de lo que se quiere lograr con los alumnos y apoderados. Finalmente, cabe destacar la relevancia del factor años de servicio en la escuela, que, según los profesores, es positivo y negativo a la vez: positivo porque otorga tradición, historia común y sentimiento de familia. Esto redunda también en la credibilidad que tienen los docentes frente a la comunidad, ya que muchos apoderados han sido alumnos de los mismos profesores que ahora enseñan a sus hijos. Además, ser parte de la comunidad les da herramientas para trabajar e intervenir en ella, ya que conocen cabalmente a las familias y sus problemáticas. Lo negativo de un equipo de trabajo con tantos años de carrera docente es que inevitablemente, en poco tiempo, la mayoría de ellos jubilará, situación que puede afectar el sustento de los buenos resultados. ¿Qué pasa con los padres y madres? A través del centro de padres, los apoderados participan en actividades destinadas, principalmente, a recaudar fondos para generar un espacio apropiado para el aprendizaje de sus hijos e hijas. Cada curso tiene una directiva que se reúne mensualmente con la mesa directiva del centro. Así también, mensualmente los padres y madres asisten a reuniones de curso y, dos veces al año, se juntan en asamblea general. En todos los casos, las temáticas son el aprendizaje, las situaciones de riesgo de algunos niños y la generación de recursos para la mantención de establecimiento. En las asambleas generales, además se da cuenta de la gestión de la escuela y del centro de padres. En términos explícitos, dentro del PEI se han establecidos objetivos en relación al apoyo y colaboración de los padres en el aprendizaje de sus hijos. En términos implícitos, pese a que la directora y los profesores delegan mucha responsabilidad a los apoderados en la mantención de la escuela, no hay un gran apoyo. En síntesis, están los espacios para que los apoderados se incorporen al colegio mediante la generación de fondos, pero no existen los espacios para que se integren al proceso educativo. Sin embargo, esto no es percibido por los apoderados como un gran problema. Existe conciencia de la importancia del apoyo familiar en los resultados de los niños, pero es entendido como una tarea que se realiza en el hogar, no como una participación directa en el colegio. ¿Y la participación de los alumnos? En la escuela no hay centro de alumnos ni canales o espacios formales de participación; sin embargo, el equipo docente se preocupa de conocer las inquietudes de alumnos y alumnas y las incorpora en sus estrategias pedagógicas. Por ejemplo, aplicaron una encuesta que preguntó a los estudiantes por sus intereses y por las actividades que realizaban habitualmente. Como resultado, constataron que la televisión es una de las actividades que más los motiva. A raíz de esto, el equipo de profesores decidió incorporar la televisión como un instrumento de aprendizaje y están planteando un Proyecto de Mejoramiento Educativo (PME) para instalar un televisor en cada sala.

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