¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza
SEGUNDA PARTE 157 E S C U E L A B Á S I C A R E P Ú B L I C A D E G R E C I A F - 1 1 4 L L A L L AU Q U É N , L A S CA B R A S Compromiso docente: con la camiseta puesta En esta escuela, el compromiso del equipo docente es considerado uno de los factores que explican los buenos resultados, originándose en la particular forma de organizar el trabajo y en la participación conjunta de los profesores y la directora, que los hace sentirse parte del proyecto. El hecho de que varios de ellos compartan una misma formación (profesor normalista), les permite tener un lenguaje común, una experiencia de formación e inserción en el ejercicio de la profesión que los distingue generando identidad y sentimiento de unidad. Varios docentes son ex alumnos de la escuela y/o habitantes de la comunidad, lo que provoca un alto grado de compromiso y fuertes lazos afectivos. Otro factor relevante ligado al compromiso es la vocación que dicen sentir los docentes por su profesión “ la educación es como un apostolado, tenemos vocación por la pedagogía, no es sólo para ganarse el pan” . Una profesora (la más joven del grupo) manifestó que sus compañeros de labor han sido fundamentales en el aprendizaje de su profesión, ayudándola y siendo solidarios. Este compromiso se extiende hasta sus hogares ya que frecuentemente los alumnos buscan ayuda de sus profesores fuera del horario escolar y los visitan en sus domicilios. Esto quedó de manifiesto el primer día de nuestra visita cuando, terminada la jornada escolar, nos retiramos a la casa de quien hizo de anfitrión. Al poco rato llegaron un par de niños en bicicleta que buscaban al profesor para preparar su ingreso a enseñanza media. De una bolsa repleta de guías de estudio, el docente seleccionó las adecuadas, les dio instrucciones y dejó a los niños estudiando en ese mismo lugar. Esta situación no fue fortuita, es parte de la cotidianeidad de ese hogar. A pesar de que los docentes tienen 30 horas o más de dedicación a la escuela y que se distribuyen el trabajo entre todos, deben realizar varias de las actividades en sus casas. Sin embargo, no se percibe una necesidad de aumentar las horas profesor, sino de profesionales de otras especialidades, como sicopedagogo y sicólogo, que apoyen la labor que realizan. Se respira un buen clima Con la particular organización del trabajo, el liderazgo de la directora, la facilidad del trabajo en equipo y el alto grado de compromiso docente, se configura una situación especialmente propicia para el desarrollo de un buen clima laboral. A modo de ejemplo, se puede relatar que en un mismo patio, mientras un curso realizaba un ensayo de teatro, otro curso se concentraba en una actividad de matemáticas y un tercer curso realizaba su actividad del flúor . Nadie interrumpía ni se desconcentraba, había un orden apacible, al pasar todos ofrecían una sonrisa y no faltaba el niño o la niña que pedía un beso. Al sonar la campana, nadie tenía apuro por irse, ni alumnos ni profesores. Este buen clima, además de las condiciones anteriores, está relacionado con el sistema de funcionamiento del colegio: “hay confianza pero sin perder el respeto”, señalan los alumnos. Así también, los apoderados consideran la buena imagen y disciplina al momento de matricular a sus hijos en esta escuela. Según los alumnos, las faltas al orden son reírse mucho en la sala, conversar, pararse y hacer mucho ruido. Este buen comportamiento se logra reflexionando sobre la importancia del respeto como base de las relaciones que se dan al interior de la escuela: nadie grita, amedrenta o amenaza para que los alumnos trabajen. Se entiende que un buen comportamiento no significa silencio y sumisión, sino compresión de los límites y de la importancia de lo que hacen.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=