¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza

E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A ÍNDICE 12 PRIMERA PARTE Las claves que explican estos resultados pueden ser resumidas bajo ocho títulos o enunciados: 1. Nunca un factor aislado logra buenos resultados de modo permanente. Se trata siempre de una concatenación de factores que operan con eficacia cuando están presentes conjuntamente y se encuentran alineados en la unidad educativa, desde el nivel directivo hasta el aula y el alumno, y desde el aula hasta el nivel directivo, y a veces proyectándose hacia los apoderados. La investigación identificó diez claves para una gestión centrada en lo pedagógico (se analizan en el Capítulo III) y diez claves asociadas específicamente al trabajo en el aula (Capítulo IV). Estas se encuentran estrechamente asociadas entre sí y es imposible jerarquizarlas, asignarles prioridad o deducir secuencias. No es que resolver problemas de gestión sea primero y que sólo una vez solucionadas las dificultades a ese nivel se entre a lo pedagógico o educativo. Tampoco es mejorar el aula y que ello, automáticamente, se traduzca en una mejor gestión institucional. Más bien se trata del apoyo y refuerzo recíproco entre la gestión y el aula, y entre los distintos elementos claves que se encontraron en estos dos ámbitos. En la mayoría de las escuelas observadas están presentes los elementos que se sintetizan a continuación. Los contenidos, prácticas y conductas, sin embargo, difieren entre las escuelas. Se observan similitudes importantes entre las escuelas a nivel general y muchas diferencias en prácticas y aspectos específicos. 2. La gestión institucional de estas escuelas está centrada en lo pedagógico, el aprendizaje de los alumnos está en el centro de su accionar. En estas escuelas, la gestión institucional está al servicio del proceso de enseñanza y aprendizaje. El aprendizaje de los niños, entendido como formación integral, es el norte que da sentido y orienta el trabajo. Existe un proyecto educativo (en algunos casos está escrito) que es compartido y que orienta con efectividad las acciones de directivos, profesores, alumnos y apoderados, y que se expresa en una coherencia entre la gestión institucional pedagógica y las prácticas docentes en el aula. Lo que los profesores esperan y exigen a sus alumnos tiene simetría con lo que el equipo directivo espera y exige a los profesores. El equipo directivo conoce a los profesores en sus fortalezas y debilidades, los forma, los acompaña, los apoya y evalúa en el trabajo de aula, les asigna tareas y responsabilidades, dejando espacios abiertos para su creatividad y autonomía. Los profesores en el aula conocen a sus alumnos, su nivel y sus dificultades de aprendizaje y, con frecuencia, también sus problemas y necesidades fuera de la escuela; la enseñanza que entregan responde a las diferencias que observan entre los alumnos, incluye actividades diferenciadas y deja espacio para que los niños tomen opciones, desarrollen y ejerciten su creatividad. Profesores y alumnos son evaluados regularmente y los resultados se utilizan para retroalimentar el aprendizaje. En estas escuelas aprenden los directivos, profesores y alumnos y, en algunos casos, los apoderados. Estas escuelas cuentan con un proyecto educativo vivo centrado en el aprendizaje de los estudiantes, entendiendo por aprendizaje una formación integral. El peso recae sobre el desarrollo sicosocial de los alumnos, la formación de personas autónomas, con autoestima, capaces de superarse y de hacerse cargo de sus vidas a través de las herramientas que la escuela les entrega. Lo que distingue a estos establecimientos es que la formación integral deja de ser puro discurso y se traduce en prácticas institucionales y pedagógicas muy concretas. I TRODUCCIÓN

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=