¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza

E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A Escuela Básica F-376 Cuncumén 148 SEGUNDA PARTE percepción es muy fuerte y parece provenir de dos fuentes: por una parte, existen proyectos en la escuela que no cuentan con los recursos suficientes para su realización, lo cual implica más carga laboral para los profesores. Por otra, los docentes sienten una falta impresionante de reconocimiento y refuerzo positivo a la escuela por parte de las autoridades. 4 Como alguno de los profesores expresó: “de lo que ustedes puedan decir sobre nuestra labor dependerá un tanto nuestra credibilidad como docentes y como escuela delante de los diferentes estamentos de la sociedad, tanto local como comunal, e incluso ministerial… las personas esperamos la palabra de apoyo, que nos digan que estamos haciendo las cosas bien y que sigamos adelante”. A juicio de los docentes, las relaciones con el sostenedor no son fuertes ni cercanas. “El sostenedor se limita a lo mínimo”. Se quejan de que existe una política administrativa que privilegia lo económico, sobre todo, en cuanto a sus horarios: “No están las horas suficientes para los profesores... habíamos propuesto 40 horas y ahora nos quieren rebajar a 39”. También existe una sensación de incertidumbre por la falta de autonomía del establecimiento con respecto a la elección de los profesores y la dirección. 4 En entrevistas y conversaciones informales reportan que los únicos reconocimientos de autoridades en los últimos dos años han sido la aprobación de un proyecto de pasantías sobre el uso de material didáctico novedoso en la sala de clases, tres profesores del Cajón del Maipo visitaron la escuela en el año 2001 y la visita de dos miembros del proyecto UNICEF en el año 2002.

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