¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza

E S C U E L A S E F E C T I V A S E N S E C T O R E S D E P O B R E Z A Escuela Básica F-376 Cuncumén 144 SEGUNDA PARTE De esta forma, los alumnos de la escuela son supervisados y supervisores del cumplimiento de las normas establecidas. Se ejecuta un trabajo en equipo y se desarrolla el sentido de responsabilidad y compañerismo a través del ponerse en el lugar del otro; todos aprenden lo difícil que es llamar la atención o limpiar la basura de los demás, por lo cual, reflexionan al minuto de tirar un papel al suelo o portarse mal. La observación constata que la escuela es muy limpia y el comportamiento de los niños en el recreo es muy ordenado, sin que eso signifique que dejen de jugar. Objetivos transversales a través de roles y funciones Un tema relevante al interior de la escuela es la formación valórica constante ejercida por los docentes: solidaridad, responsabilidad, respeto y disciplina son conceptos importantes en el desarrollo y formación de los alumnos. La instauración del Día de la Solidaridad trabaja un concepto que pareciera difícil de enseñar en un contexto de tanta vulnerabilidad y pobreza; sin embargo, la idea es que siempre hay alguien más necesitado que uno. Así, un día al año, cada curso hace una caja de comida para alguna persona de pocos recursos de la comunidad y la entregan los niños, conversando y compartiendo experiencias con el beneficiario. Ser solidario también se practica con los alumnos de integración, donde los profesores animan a los mejores estudiantes a apoyar a sus compañeros. Con respecto a la responsabilidad, los alumnos deben cumplir su palabra en los compromisos que asumen con sus profesores. De no ser así, los maestros sostienen largas conversaciones con sus pupilos para hacerles entender el valor del cumplimiento. Para desarrollar la responsabilidad, los niños reciben mucha confianza. Esto se refleja en el poder delegado en la brigada infantil y en los jefes de disciplina, por ejemplo. En la enseñanza del respeto, los profesores han decidido que el ejemplo personal o modelamiento es muy importante. Es por esto que, pese a ser muy amigos, incluso vecinos, se tratan de manera formal frente a los alumnos. Mantienen siempre un comportamiento agradable y respetuoso entre ellos y hacia los alumnos. La idea de fondo es que hay que tratar a todos los estamentos –padres, alumnos, profesores, auxiliares– en primer lugar, como personas y luego en su respectivo rol. Según los alumnos, la meta de la escuela es “formar alumnos respetuosos y responsables, que se hagan respetar y logren ser alguien en la vida”. Los padres señalan que la escuela desea formar buenas personas, que se superen a sí mismas. La disciplina en la sala se trabaja por medio de mucho diálogo con los niños. En las observaciones, tanto informales como dentro del aula, se pudo ver que los alumnos eran cariñosos con sus profesores y entre sí. Al preguntarles por la disciplina y buen comportamiento respondieron que el fin de la escuela es “ayudar a los alumnos a ser responsables y respetuosos”. Señalan que no se aburren, porque lo que hacen los profesores es entretenido. Para los docentes, la disciplina está ligada al desarrollo moral de los niños: no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para generar el respeto por los demás y alcanzar logros académicos personales. Respecto a las sanciones por mal comportamiento, los alumnos señalan que, previo al castigo o llamada al apoderado, los maestros invierten mucho tiempo explicándoles que el mal comportamiento no los conduce a ningún lado y que sólo atendiendo y aprendiendo en clase lograrán superarse y continuar sus estudios. Se percibe entre los niños un cierto temor a quedarse estancados en el pueblo; “...los niños irrespetuosos o agresivos no van a llegar a ningún lado y van a dejar mal la imagen de la escuela”, expresan algunos alumnos . Para los alumnos de Cuncumén, la imagen de la institución es muy importante, pues hay quienes pueden decidir el destino

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