¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza
SEGUNDA PARTE 125 E S C U E L A B Á S I C A L U C I L A G O D OY A LC AYA G A C O Q U I M B O empezaron a participar voluntariamente en la innovación de ideas, proyectos y en la renovación de sus prácticas pedagógicas, incorporándose a los planes nacionales de perfeccionamiento docente. El centro de padres fortalece su rol de colaborador en la implementación de actividades y mejoramiento de los recursos de la escuela, proceso de vinculación logrando paulatinamente a través de reuniones de carácter abierto entre ambas partes. Los apoderados comienzan a percibir los cambios y a apoyar a la escuela en sus objetivos. Señalan como el cambio más notable que los profesores dejaron de retarlos por el mal comportamiento o las notas deficientes de los niños y empezaron a explicarles las materias para que ellos pudieran entender y ayudar a sus hijos en casa. Con el egreso del P-900, la escuela quedó sin los beneficios de supervisión constante y dotación de recursos; este hecho generó una sensación de aislamiento que se volcó en una autosuperación interna destinada a lograr resultados aún mejores y sin apoyo ministerial. A fines de los años noventa, la escuela comienza a participar en forma directa de otros programas ministeriales tales como Enlaces, Proyectos de Mejoramiento Educativo (PME) y Jornada Escolar Completa (JEC), los cuales complementan la revolución interna iniciada a comienzos de la década con una perspectiva más amplia, de aprovechamiento de los recursos y oportunidades externas. Estos cambios coinciden con el nombramiento del jefe de UTP como nuevo director, quien es reconocido por los docentes como un líder trabajador, motivador y, por sobre todo, muy presente. Bajo su dirección, el establecimiento superó aún más sus resultados académicos llegando a ocupar el primer lugar comunal en el SIMCE, superando a muchos colegios de la zona. En 1997, el director fue trasladado a una escuela de mayor matrícula y bajo rendimiento para iniciar otro nuevo proceso de despegue. Lo sucedió en el cargo la profesora de historia y geografía, con 19 años de experiencia en la escuela: “ acepté el cargo con mucha meditación previa, principalmente porque no podía tolerar el fracaso o retroceso de la escuela ”. La política de gestión de la directora ha sido de puertas abiertas hacia todos los estamentos. Con los profesores promueve un estilo horizontal de trabajo donde las decisiones se toman en conjunto. Con la actual jefa de UTP forman una dupla que es un verdadero equipo de dirección. Cuando es necesario, reemplaza a los profesores en su función docente y recibe a padres y apoderados para conversar sobre el rendimiento y comportamiento de sus hijos o sobre problemas personales. Mantiene una atención personalizada con los alumnos; acompaña al inspector general a buscar a los niños que se han ausentado de la escuela, los llevan a sus casas si se enferman. Lo mismo ocurre con el cuerpo no docente donde es cercana y presente: “si se requiere, agarro la escoba y barro”. III. Factores del Éxito “Nuestra escuela deberá ser una institución generadora de aprendizajes significativos y de calidad, que generen cambios internos en nuestros alumnos y que sean conducentes a la elaboración de un proyecto de vida que privilegie los valores sociales, morales y la autonomía personal, de manera que este proyecto se convierta en una estrategia para vencer la extrema pobreza”. 1 1 Del Plan Anual de Acción 2002 de la Escuela Lucila Godoy Alcayaga.
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