Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional

L AS R EFORMAS B ASADAS EN E STÁNDARES : UN C AMINO E QUIVOCADO 99 este hecho simple, surgen equívocos. Quizá el más importante es confundir un instrumento de investigación con un instrumento de gestión. El uso de pruebas estandarizadas es importante en la investigación cientí- fica cuantitativa, pues permite trabajar con grandes números, identificar nue- vas dimensiones y robustecer las conclusiones sobre la base de la significación estadística. Se trata de un instrumental sofisticado, que si bien es una abstrac- ción, abre el campo del conocimiento a nuevas pistas de investigación. Sin embargo, con frecuencia se asume que estas pruebas estandarizadas tienen la capacidad de develar la calidad de la educación de un establecimien- to y la de los estudiantes 8 . Esta es una ilusión. Esta interpretación no tiene fundamento empírico sólido. En distintos momentos, reconocidos autores han apuntado a la distancia que existe entre el diseño de un ítem en una prueba y lo (poco) que se sabe acerca de cómo se aprende, cómo se enseña y qué es lo que sabe el estudiante 9 . Este es un punto central. Es que existe una separación entre el diseño de una prueba y los procesos de aprendizaje concretos. Por ello, la medición no refleja lo que los alumnos saben ni lo que enseñan los profesores. Una de las implicancias de esto es que no se puede establecer un sistema de rendición de cuentas, usando pruebas que no refle- jan lo que se enseña en la escuela. No tiene sentido rendir cuentas sobre algo que no se enseña. El débil vínculo entre el tipo de información que entregan las pruebas estandarizadas, en relación a calidad de la educación, pone tam- bién en entredicho otras formas más evolucionadas de medición, como son por ejemplo, los enfoques de valor agregado, o el de los informes anuales de progreso. La única vez en que las pruebas estandarizadas reflejan lo que ocurre en el aula, es cuando los profesores enseñan específicamente a responder ítemes de pruebas psicométricas, como se hace en algunos institutos pre universita- rios. Estos institutos logran que sus estudiantes tengan buenos puntajes en sus pruebas. Sin embargo, a pesar de sus éxitos, hasta ahora nadie ha propuesto transformar las escuelas y liceos en institutos pre-universitarios. Supongo que la razón de esto, es que en el fondo, sabemos que la calidad de la educación es más que puntaje de una prueba estandarizada. A nivel internacional, hay casos en los que el uso de pruebas estandariza- das sí ha tenido el efecto de subir los puntajes. En varios estados de Estados 8 Esta es otra de las confusiones. No está claro qué es lo que se mide: ¿la escuela, el profesor, el estudiante? 9 Entre otros ver, Robert Glaser, Instructional Technology and the Measurement of Learning Outcomes: some questio- ns. American Psychologist , 18 (1963); Donovan, Bransford y Pellegrino, How people learn: bridging research and practice . Committee on learning research and Education Practice, National Research Council, Washington DC, 1999 o Eva Baker, The end(s) of testing . Presidential Address. Educational Researcher, vol. 36, Nº 6, Aug/Sept., 2007.

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