Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional
E L S ISTEMA N ACIONAL DE A SEGURAMIENTO DE LA C ALIDAD 59 las prácticas en todos los niveles del sistema educativo y que ha resultado en un mejoramiento significativo de los aprendizajes en más de la mitad de los estados de ese país (Hamilton et al., 2008). Sin embargo, hay algunos estados a los cuales la RBE no ha logrado sacarlos del estancamiento. Entre las críticas más extendidas de NCLB está el que el financiamiento asignado por el go- bierno federal para su implementación es inferior a las exigencias que plantea el programa. También se mencionan como explicación de los resultados me- nos auspiciosos en algunos estados el que se ha relegado a un segundo lugar la importancia del financiamiento compensatorio para reducir las brechas entre las escuelas y se han descuidado los programas de desarrollo profesional docente (Darling-Hammond, 2007). El caso de Finlandia resulta paradigmático porque desistió de las políticas basadas en estándares e incluso ha eliminado las evaluaciones nacionales exter- nas (Sahlberg, 2006). Sin embargo, esta decisión hay que evaluarla tomando en cuenta que la inversión por estudiante está entre las más altas entre los países eu- ropeos (OCDE, 2008) 4 y que el desarrollo profesional de los docentes en ese país es uno de los pilares de la estrategia para mejorar la educación (Valijarvi et al ., 2007; OCDE, 2003), lo que constituye una base de confianza suficiente como para reducir los mecanismos regulatorios centrales. En un marco de autonomía de las administraciones locales, la administración del sistema educativo a nivel nacional se basa en el principio de “conducción centralizada-implementación local”, que contempla una legislación y normativa claras, estándares curriculares básicos, planificación central y conducción a través del uso de la información (Montonen, 2009). Entre los detractores del uso de estándares se argumenta acerca de una supuesta “estandarización” de la enseñanza e imposición de las políticas de “arriba hacia abajo” (Casassus, 2007). Las evidencias disponibles apuntan más bien a que en el peor de los casos, se trataría de una reducción, ya que el foco exclusivo en estándares curriculares ha conducido a que algunas escuelas han reducido o simplemente eliminado las asignaturas –artes, lengua extranjera, educación física– no evaluadas por las pruebas externas (Hamilton et al., 2008, p. 38). Tal vez el riesgo más importante es que en aquellas escuelas con menos recursos de apoyo para los profesores se ha observado el surgimiento de estra- tegias expulsivas para deshacerse de alumnos con bajos rendimientos (Ballou y Springer, 2008). Es decir, cuando la presión es alta y el apoyo es escaso, la 4 El gasto por alumno por año en el sistema educativo (preescolar a educación terciaria) en Finlandia es de US$ 8.048, cifra superior a las US$ 7.840 que se gasta en promedio en los países de la OCDE y muy por arriba de los US$ 2.849 que se gasta en Chile (OCDE, 2008). Esto indica que el nivel de recursos y las condiciones disponibles para enseñar están entre las mejores del mundo.
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