Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional
E L S ISTEMA N ACIONAL DE A SEGURAMIENTO DE LA C ALIDAD 57 desde el centro y una autonomía de las escuelas y los sostenedores para elegir la estrategia más apropiada para mejorar la calidad. Está basado en un concepto de calidad vinculado a resultados, que combina estándares de desempeño para los actores e instituciones, con evaluaciones periódicas en función de estos estándares. Asegura recursos, facilita el acceso a asistencia técnica para las es- cuelas y exige responsabilidad por los resultados. En el corazón de estas modi- ficaciones están los estándares, que representan señales técnicamente validadas y socialmente acordadas, sobre lo que se espera que los alumnos aprendan y sobre las competencias con que deben contar los actores para asegurar esos aprendizajes. Los estándares son instrumentos para acordar metas de calidad en los diferentes ámbitos de aplicación –aprendizaje, desempeño profesional y ges- tión– y son herramientas de rendición de cuentas. Miden la adquisición de conocimiento por los alumnos, pero también se utilizan para evaluar el des- empeño de los profesores, de los directivos y de los administradores del sistema escolar. Sirven para medir la eficiencia de la gestión de los establecimientos y también servirían para evaluar la eficiencia de la gestión de los sostenedores y de las autoridades comunales, regionales y centrales. En el caso de la auto- evaluación de las escuelas, los estándares son la clave para orientar este proceso de mejoramiento continuo desde dentro. Los componentes del modelo de una RBE varían según los países, pero hay acuerdo en algunos componentes básicos. Dicho simplemente, se trata de que los participantes del sistema educativo sepan lo que se espera de ellos y tengan metas en sus respectivos ámbitos de acción –estándares–, que el progreso hacia esas metas sea medido –evaluación– y que se apliquen consecuencias mediante las cuales se recompense el éxito y se tomen medidas correctivas para superar los fracasos (Barber, 2004). Básicamente se trata de un circuito de rendición de cuentas compuesto por los estándares, la evaluación y las consecuencias, el cual se complejiza según las necesidades de los países. En base a la experiencia y a los resultados obtenidos a partir de los componentes básicos se han agregado otros componentes que se ha visto resultan cruciales para mejorar los resultados edu- cativos como la información pública sobre los resultados de las evaluaciones, el apoyo técnico para fomentar el mejoramiento (Hamilton et al., 2008) y la dupla autoevaluación y evaluación externa de escuelas (Hopkins, 2007a). Den- tro del circuito de la rendición de cuentas, los estándares cumplen la función de hacer posible y facilitar el alineamiento de las políticas y de las prácticas en función del mejoramiento de los aprendizajes, reflejando una visión sistémica y comprehensiva del sistema educativo, sus funciones y sus objetivos. Aun cuando en este artículo no se pretende llevar a cabo una discusión aca- démica sobre las posiciones a favor y en contra de las RBE, haremos referencia
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