Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional

P ABLO R UIZ -T AGLE 46 gobierno militar intervino todas las universidades, cuestión que es ignorada por el informe de forma total y sistemática. De la propuesta de división que realiza el estudio entre universidades pri- vadas y públicas, que ha sido señalado en el informe como una de los factores más negativos dentro del sistema nacional, no se desprende que sea necesario avanzar hacia más privatización. En ciertos aspectos podría afirmarse lo con- trario si se tiene en cuenta, por ejemplo, que en los fondos concursables –que el informe señala como aportes a las universidades públicas, aunque de hecho concursan las privadas en igualdad de condiciones– la competencia es ganada por las universidades públicas, no por tener el carácter de tales, sino por la calidad de sus proyectos. En términos de la comparación entre universidades públicas y privadas, el método consistente en seleccionar mercados regionales que usa el informe tampoco es acertado debido a que no toma en cuenta el hecho de que mu- chas instituciones privadas cuentan con presencia a lo largo de todo el país. Asimismo, el informe al tratar los mercados regionales señala que en la gran mayoría de los casos las universidades regionales son de una menor calidad que las universidades privadas, lo cual no es verdadero en muchos casos. También es bueno precisar que el aumento de la cobertura que beneficia a los grupos de menores ingresos, que se ha generado con las universidades privadas, parece ser muy pequeño si se le compara con la alta proporción de personas de más altos ingresos que se benefician del sistema privado. Se señala, por último, que las universidades privadas han estado someti- das a un proceso extenso y exigente de acreditación (las que han optado por acreditarse) lo que no sucedería con las públicas, las cuales tendrían menos controles que las privadas. Dicha afirmación no es cierta dado que, por un lado, los procesos de acreditación que se han efectuado hasta el momento, no han tenido grados significativos de exigencia y, por otro, que las universidades públicas tienen sistemas internos de evaluación y se han sometido en muchos casos a formas de acreditación extranjera y nacional. En el ámbito de la información, en el informe no se incluye un ítem rela- cionado con los gastos y con el estado financiero de las instituciones privadas de educación, las cuales se benefician de muchas ventajas por su labor, y desde su puesta en marcha no han entregado información clara y pública sobre el uso y origen de sus recursos. Este también es un aspecto clave para evaluar en serio a las instituciones de educación superior. En relación al punto anterior, las autoridades educacionales chilenas ahora quieren terminar de cerrar el círculo de la irresponsabilidad por la educación pública y han propuesto mayor injerencia privada en sus potestades de acre- ditación (Ruiz-Tagle, 2004). Sin embargo, no se explica en el informe por qué

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