Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional

P AULA M ENA • F RANCISCA C ORBALÁN 342 identidad, tal como sugieren los resultados de la Encuesta CEP del año 2006. Después de todo, son los mismos padres los que, según este sondeo, prefieren establecimientos de alumnado más homogéneo, no necesariamente porque sean de mejor calidad, sino porque estiman que ahí encontrarán estudiantes y familias cercanas a su realidad (Elacqua, Scheider y Buckley, 2006), lo que pa- rece un comportamiento perfectamente legítimo desde el punto de vista del usuario o consumidor. En este sentido, puede ser que muchos padres asocien la selectividad con excelencia, disciplina o con una comunidad de propósitos que, de no interponer ningún filtro a las admisiones, correría el riesgo de desintegrarse (Beyer, 2007), argumento que relativizaría la contradicción que hace notar Atria (2007) entre la libertad de los establecimientos versus la de los padres. Vale la pena preguntarse, no obstante, si la percepción de los apoderados responde a la constatación de condiciones que favorecen la desigualdad y la competencia entre las familias por el bien posicional de la educación, o a una convicción sobre lo que se cree que debe ser el sistema. Al mismo tiempo que se debe aclarar hasta dónde la protección de la selectividad emerge de una petición ciudadana, es necesario reflexionar en qué medida dicha aspiración constituye justificación suficiente para tolerar la selectividad dentro del sistema escolar que recibe financiamiento esta- tal, al extremo de propiciarla, como lo hacen notar Atria (2007) y Tedesco (2007). En esta misma línea, también es pertinente explorar las implicancias de atribuir a los padres un rol de “consumidores del servicio educativo”. El rango de posibilidades de actuación del Estado, dependiendo de cómo se entienda esta relación es relativamente amplio pero, definitivamente, remite a una no- ción fuerte de individuo con derechos, que no es fácilmente compatible con la defensa de los bienes colectivos que dan razón de ser a los sistemas escolares. La apelación al “consumidor” en el ámbito escolar descansa sobre la idea de bien posicional y refuerza su dinámica (Brown y Lauder, 2005) 6 . La encuesta CIDE 2009 concluye que el 60,3% de los padres que matri- culó a sus hijos en establecimientos particulares subvencionados estima que no debiera haber selección hasta 6º básico, pero este dato es bastante opaco en lo que respecta a los cursos superiores. Con independencia de esta dificul- tad para interpretar la información de opinión, ¿es razonable pensar que las 6 Un ejemplo claro de la concreción de esta figura es la posible existencia de entidades que protejan los derechos de los usuarios, como podría llegar a hacerlo una superintendencia pero, por lo mismo, no es raro que la delimitación de los alcances regulatorios de una agencia pública levante todo tipo de sospechas y aprensiones desde el punto de vista de quienes se identifican con la gestión o propiedad de quienes prestan el servicio.

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