Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional

D ANIEL C ONTRERAS 322 el nivel socio económico. Es decir, en vez de observarse el propio esfuerzo se selecciona, otra vez, en función de las características de su hogar. Además, aparece el gran problema “político”; la escuela renuncia a su misión formativa cuando sólo quiere trabajar con “la mejor materia prima”. Selección, inclusión y calidad Si el propósito a la base de la LGE ha sido el de velar en “forma eficaz por elevar la calidad de nuestra educación”, la pregunta debe ser aquí, si la selección escolar es buena o mala –adecuada o no– en relación a ese propósito y para enfrentar los desafíos del sistema educativo chileno expandiendo el de- recho a la educación. Con certeza la respuesta no es sencilla, existe una amplia discusión en torno al “peso” de la selección como dispositivo para estructurar una educación de calidad 19 . Sabemos que la selección escolar en base a antecedentes académicos exis- te, aunque no de forma homogénea, en los países desarrollados, y que es muy infrecuente para niños menores de diez años. También sabemos que, para el caso de los niños mayores la discusión sobre su incidencia en resultados está vigente. En esta perspectiva, Manzi (en Brunner y Peña, 2007) revisa la evidencia disponible sobre selección escolar, buscando establecer si contribuye a mejores resultados de aprendizaje y a avanzar hacia una mayor equidad educacional, concluye que: “ La evidencia disponible muestra que prohibir o limitar la selección tiene efectos benéficos, sin que se adviertan consecuencias negativas. En general, la conformación de grupos heterogéneos (sin selección) revela que la presencia de estudiantes de alto rendimiento junto a los de rendimiento más bajo beneficia el aprendizaje de estos últimos y no perjudica significativamente a los primeros (efecto pares); favorece la interdependencia entre estudiantes de distinto nivel de logro (aprendizaje colaborativo); brinda una experiencia de integración que reduce el riesgo de actitudes negativas hacia grupos desventajados; y, en términos generales, favorece la equidad en las oportunidades de aprendizaje. Es decir, cuando no hay selección se favorece la equidad y no se observan con- secuencias negativas en términos de resultados de aprendizaje” . 19 Como contribución al debate nacional hay una muy buena discusión de los antecedentes y proposiciones en Brun- ner y Peña (2007), especialmente en la sección “¿seleccionar en la escuela?” con trabajos de J. Manzi, H. Beyer, J. J. Brunner y C. Peña.

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