Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional
J ORGE M ANZI 296 entre las entidades formadoras y los centros de prácticas (escuelas y liceos). Este último aspecto apunta a corregir falencias relativamente generalizadas y endémicas en la forma con que las instituciones formadoras han abordado su relación con los centros de práctica. El propósito central es que se establezcan lazos permanentes con estos centros, que aseguren no sólo espacios formativos, sino que representen experiencias de colaboración y apoyo mutuos entre las facultades de educación y los establecimientos escolares. El diseño original del programa se planteó la posibilidad de apoyar, en estado de régimen, a unas 30 instituciones (aproximadamente la mitad de las existentes). Sin embargo, este número debiera ser ajustado a partir de los resultados de los primeros concursos. La asignación de estos recursos se debiera realizar mediante un con- curso público, al que las instituciones postularán con proyectos que articulen sus orientaciones estratégicas institucionales con las necesidades de asegurar estándares formativos mínimos. Las instituciones que concursen se deberán comprometer a participar regularmente en las evaluaciones diagnósticas, con el propósito de monitorear su evolución y poder evaluar el impacto de las in- novaciones que se implementen. Orientaciones curriculares Este componente apunta a promover una discusión académica y experta, que permita establecer criterios comunes mínimos para la formación docente inicial. El panorama actual de la formación docente presenta amplios grados de heterogeneidad en la duración, estructura curricular y contenidos incor- porados en la formación docente. En estas condiciones, el título profesional, incluso cuando es otorgado por una misma institución con distintas sedes, es escasamente comparable. Como bien saben los empleadores de los docentes, aun cuando un profesor demuestre haber obtenido un título profesional con una mención, es muy improbable que esto no garantice que el docente haya tenido una preparación suficiente en aspectos asociados a los conocimientos disciplinarios o pedagógicos en su especialidad. Por estas razones, se consideró necesario promover una discusión y análisis de estas materias con el concurso de académicos de las instituciones formadoras. El propósito final de este es- fuerzo es contar con una identificación de los conocimientos y competencias docentes básicas en cada una de las principales especialidades profesionales. La coordinación de esta tarea ha sido encomendada a los dos centros de investi- gación educacional recientemente creados: el CIAE (para elaborar las orienta- ciones curriculares en matemática y lenguaje), y el CEPPE (para elaborar las orientaciones para ciencias y ciencias sociales). Las propuestas que resulten de estos esfuerzos paralelos serán validadas con la participación de las instituciones formadoras, así como con el concurso de expertos internacionales.
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