Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional

F ORMACIÓN I NICIAL D OCENTE EN C HILE : C ALIDAD Y P OLÍTICAS 269 el programa FFID se había hecho notar la mayor fragilidad de programas de formación docente que funcionaban bajo varias estructuras académicas de la Universidad (Facultades) y que no contaban con una coordinación central fuerte (Ávalos, 2002). Esta situación se mantiene en algunas de las universida- des con aporte público. También en universidades –públicas y privadas– con múltiples programas a lo largo del país, estos programas no siempre respon- den a una coordinación central que monitorea su calidad y los apoya en sus requerimientos 10 . Por otra parte, las carreras de pedagogía suelen constituir una fuente de ingresos importante para la Universidad, la que pone presión para aumentar el número de quienes ingresan a ellas, lo que a su vez obliga a las autoridades del programa a bajar la calidad de la oferta académica 11 . Si se toma en cuenta que son factores claves para la efectividad de los programas de formación docente su cohesión en torno a una misión compartida y la co- herencia del programa (ver Zeichner y Conklin, 2005), en Chile se requiere fortalecer las gestión de estos programas, darles un lugar claro en la estructura de la universidad, reconocer sus requerimientos y asegurar los recursos nece- sarios para su calidad. Formación de profesores de Educación Media Este nivel de formación adolece de varios problemas. Por ejemplo, es in- satisfactorio el desbalance existente en la matrícula para las diferentes especia- lizaciones de la Educación Media, que cómo se mostró en secciones anteriores, favorece a algunas carreras como Educación Física frente a aquellas especiali- zadas en matemáticas, ciencias (especialmente física) y la educación técnica. Más grave es la desconexión entre las Facultades disciplinarias que ofrecen las menciones y la Facultad o Departamento de Educación que ofrece la forma- ción profesional, reconocida tanto durante la ejecución del programa FFID, el informe OECD (2004), como en el Informe de la Comisión sobre Formación Docente Inicial 12 . Esta situación disminuye la capacidad del nuevo docente de traducir efectivamente sus conocimientos disciplinarios en una buena enseñan- za de la misma. En el supuesto de que sean los programas de Educación Media los que preparen profesores para el ciclo común (7º a 10º año) según la nueva 10 Reconociendo esta debilidad, la Universidad del Mar por ejemplo, acaba de establecer una Facultad de Educación que tendrá tuición sobre todos los programas que la Universidad tiene en el país. 11 Según lo indicó la autoridad de una carrera pedagógica que se vio obligada a aumentar la matrícula más allá de la capacidad de responder adecuadamente a la nueva situación. 12 Esta situación fue percibida como tal por las comisiones de acreditación de las carreras de pedagogía (Téllez, 2005) y en las entrevistas realizadas en el marco de un estudio sobre la formación docente inicial de nivel secundario a requerimiento del Banco Mundial (Ávalos, 2004).

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