Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional

U NA E DUCACIÓN P ÚBLICA MÁS E FECTIVA . ¿L OS Á RBOLES NO D EJAN V ER EL B OSQUE ? 209 Los aportes financieros municipales a educación En este contexto de regulaciones que marginan a los municipios de las negociaciones, imponiéndoles costos sin considerar sus ingresos reales, no es extraño que éstos deban hacer aportes adicionales a educación. Son otras las dimensiones del costo por estudiante, particularmente aquellas referidas al aprovechamiento de economías de escala, que sí pueden verse afectadas por la manera específica en que se organice la educación pública. Sin embargo, ello tiene que ver con el tamaño y no con la institucionalidad –entidad adminis- tradora de las escuelas públicas–. La presión de los municipios por más fondos se ha hecho creciente con el paso del tiempo. Sus aportes como porcentaje de los ingresos totales percibidos en educación subieron de un promedio simple de 9,7 a un 13,1 por ciento entre 2001 y 2007 30 . Ello se debe a que, tal como muestra el gráfico Nº 3, el número de alumnos por establecimiento se redujo de 339 a 254 entre 2001 y 2008, es decir, la caída en la matrícula no ha ido acompañada de un cierre o fusión de establecimientos, elevando los costos fijos de proveer educación para los municipios. Lo mismo ocurrió con la re- ducción en el número de alumnos por profesor, que cayó de 24,5 a 22 en el lapso de sólo seis años (indicadores SINIM). Es indudable que existen proble- mas de gestión que la política educativa haría mal en validar. Los ajustes en la planta docente son posibles de llevar adelante, pero ello presenta, entre otros, dificultades políticas. Se puede plantear que una de las razones principales por la que los muni- cipios aportan a educación en un momento determinado del tiempo, es porque su matrícula es relativamente baja y quizás no alcanzan a sumar los suficientes ingresos para financiar los costos fijos y variables. En efecto, el gráfico Nº 4 muestra una correlación negativa relativamente alta (equivalente a -0,55) entre aporte municipal por estudiante y matrícula total del municipio. Es decir, los municipios con mayor cantidad de alumnos, aportan un monto menor por alumno. Lo anterior podría entenderse como que existirían economías de escala a nivel comunal. Sin embargo, la literatura internacional muestra descubri- mientos inconsistentes en relación a la existencia –y tamaño– de las econo- mías de escala y, dado que se realizan en diferentes lugares, no es posible sacar 30 Es interesante notar que esta proporción fue de 9,2 en 2008, lo que se explica por el aumento de un 15% de la subven- ción general (Ley 20.247), así como también por la creación de la subvención preferencial (Ley 20.248) que implica mayores recursos para los estudiantes de menores recursos cuyos establecimientos firmen convenios con el Ministerio de Educación. Esto sugiere una suerte de “ crowding-out ” entre financiamiento central y local.

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