Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional

H ARALD B EYER • C AROLINA V ELASCO 200 una desventaja para su buen desempeño. Hay bastantes experiencias con edu- cación municipal, o más generalmente descentralizada, de buenos resultados. Una característica relevante en todas ellas es el respeto por la autonomía de los establecimientos educativos y empoderamiento de los equipos directivos. Si bien esas iniciativas distan de ser perfectas y están limitadas por las regula- ciones para docentes (en muchos países son empleados públicos 25 ), aún exis- ten espacios importantes de autonomía hacia los establecimientos educativos. Por ejemplo, muchos directores ejercen igualmente su liderazgo en materia de contratación y despido de profesores, aunque a veces requieren autorización de instancias superiores como los consejos de cada establecimiento u otras autoridades educacionales 26 . Una diferencia importante con el caso chileno es que en otros países la “cuenta” de la provisión educativa no es necesariamente pagada por la autoridad local o el establecimiento en cuestión. En el caso de Chile el financiamiento por estudiante y, en la educación estatal, la negocia- ción centralizada de las condiciones laborales, indudablemente, puede resentir la gestión local en educación. Pero ambos son problemas de otra naturaleza y, en estricto rigor, no son inherentes a la administración municipal de la educa- ción estatal en Chile. El marco en el que se desenvuelve la educación pública en Chile A la luz de la experiencia internacional y del marco general sugerido, orientado a desarrollar un sistema escolar efectivo para la educación pública, es más relevante el entorno institucional en el que se desenvuelve la educación pública que la manera en que ésta se organiza. Dicho de otro modo, la clave está en los estímulos a la mejora que se generan desde la institucionalidad ele- gida (sea cual sea); y ello se relaciona con el marco de acción y las posibilidades que dicho marco permite y fomenta, en el sentido de generar las capacidades adecuadas para que las escuelas mejoren. Es entonces muy difícil contar con escuelas efectivas si los establecimientos educativos no están claramente orien- tados a que sus alumnos aprendan. Ello supone reconocer que el entorno ins- titucional está también influido por la economía política del sector educativo, y que el desafío está justamente en evitar que la presión de grupos de interés haga que el sistema escolar pierda su orientación hacia la mejora del desem- peño de los alumnos. Bajo ese contexto, el panorama que presenta el entorno institucional del sector educativo en Chile no es muy alentador, en particular, 25 Ver Murrillo (2006). 26 Sobre este punto véase European Commission, Education and Culture DG, (2007), School Autonomy in Europe: Policies and measures . Se puede consultar en http://eacea.ec.europa.eu/education/eurydice/documents/thematic_reports/090EN.pdf

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