Ecos de la Revolución Pingüina: avances, debates y silencios en la reforma educacional

U NA E DUCACIÓN P ÚBLICA MÁS E FECTIVA . ¿L OS Á RBOLES NO D EJAN V ER EL B OSQUE ? 195 de oferta educativa y la entrega de información precisa a los padres y apodera- dos respecto de los desempeños de los establecimientos a los que envían a sus hijos. Esto último potencia la posibilidad de elegir, pero también la rendición de cuentas, sobre todo en caso que los padres no quieran cambiar a sus hijos de escuela, liceo o colegio. Otros factores importantes son el cierre de estable- cimientos que no satisfacen los estándares mínimos que el Estado ha fijado para ellos y la inspección u orientación a través de una agencia especializada que visita los establecimientos y propone recomendaciones para un mejor des- empeño. En todas estas dimensiones la recientemente promulgada LGE y el sistema de aseguramiento de la calidad que de ella se desprende constituyen avances muy importantes que ponen los aprendizajes de los estudiantes y la transparencia del sistema educativo al centro de las prioridades de la política educativa. Es necesario señalar que las instituciones y políticas presentadas de manera simplificada en la figura Nº 1, no están siempre todas presentes en cada uno de los sistemas escolares de alta calidad. Sin embargo, ellas aparecen como factores que afectan positivamente la calidad y equidad educativa en distintas investigaciones. Finalmente, es importante notar que los factores que afectan a una edu- cación de calidad no se relacionan con la estructura organizacional, sino que, con los estímulos hacia la mejora que se generan sobre los distintos actores. En efecto, la evidencia internacional demuestra que factores como el nivel de autonomía y accountability (existencia de exámenes externos) explican en un 25% las diferencias en resultados educativos entre países (Fuchs y Woes- smann, 2004). Es por ello que el debate en torno a nuestra educación estatal debería centrarse en cómo acercarla a inscribirse en este esquema general, y no en el hecho de que ella esté en manos municipales, porque, además, como veremos a continuación, existen varios países donde esta es la realidad y los resultados educativos son bastante mejores. Si el debate se encierra en esa di- mensión, se corre el gran riesgo de reorganizar la educación estatal sin ningún efecto sobre calidad y equidad. En este sentido, creemos que el proyecto de ley de fortalecimiento de la educación pública (Boletín Nº 6251-04) que se dis- cute actualmente en el Congreso, es algo ingenuo y comete precisamente este error (dicho proyecto es analizado más adelante en este capítulo). Por cierto, como hemos señalado anteriormente, ello no significa que no se puedan hacer reformas a la organización de la educación pública tanto al interior del sistema municipal como fuera de él.

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